Guerrilleros de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se desplazaban en una camioneta y en dos motocicletas dispararon contra los militares que mantenían un reten de control en la carretera.
Bogotá. Cinco guerrilleros, tres soldados y una niña murieron este viernes en un combate entre rebeldes de las FARC y una patrulla militar en una región de sabanas del suroeste de Colombia, en el primer enfrentamiento grave en lo que va del 2011, informó el Ejército.
El combate se registró en una carretera que comunica a las ciudades de Florencia y San Vicente del Caguán, en el departamento del Caquetá.
Guerrilleros de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se desplazaban en una camioneta y en dos motocicletas dispararon contra los militares que mantenían un reten de control en la carretera, dijo a Reuters un oficial del Ejército.
"Los soldados repelieron el ataque y se registró un combate en medio del que murieron cinco guerrilleros, tres militares y una niña que transitaba por el lugar", precisó la fuente castrense al indicar que los rebeldes se desplazaban con el propósito de cometer un ataque en San Vicente del Caguán.
El departamento del Caquetá es una de las regiones de Colombia en donde las FARC aún mantienen una fuerte presencia y resisten una ofensiva militar que inició en el 2002 el ex presidente Alvaro Uribe y que las debilitó militarmente con la muerte de varios de sus más importantes comandantes y la deserción de miles de combatientes.
El presidente Juan Manuel Santos, quien reemplazó a Uribe, mantiene la ofensiva contra los rebeldes, que todavía tienen la capacidad de realizar ataques de gran impacto en apartadas regiones selváticas y montañosas e incluso en grandes centros urbanos.
Los combates suelen ser frecuentes en medio del conflicto interno de más de 45 años que sacude este país suramericano exportador de petróleo, carbón y café.
La confrontación ha dejado más de 35.000 muertos en la última década, la mayoría civiles, y la posibilidad de una solución negociada parece distante por las posiciones radicales del gobierno y de las FARC, consideradas como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
Las Fuerzas Militares colombianas acusan al grupo rebelde de obtener millonarios ingresos de la producción y el tráfico de cocaína.