Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad por la serie de ataques, pero una filial local de Al Qaeda y otros grupos islamistas sunitas han llevado a cabo al menos un ataque importante al mes desde que las últimas tropas estadounidenses abandonaron en el país en diciembre de 2011.
Una serie de explosiones de coches bomba mató este domingo al menos a 32 personas en todo Irak, subrayando la lucha a la que se enfrenta el Gobierno con una persistente insurgencia más de nueve meses después del retiro de las últimas tropas estadounidenses.
En Taji, a 20 kilómetros al norte de la capital, Bagdad, bombas instaladas en tres coches aparcados mataron a once personas e hirieron a 24, entre ellas varios policías.
Imágenes de Reuters en la escena de una de las explosiones muestran los restos de un coche bomba alrededor de varias casas y automóviles completa y parcialmente destruidos.
Taji tiene una de las mayores bases aéreas militares de Irak, pero las explosiones se produjeron en un barrio civil.
"Un coche bomba ingresó al área y (...) nadie se dio cuenta. ¿Por qué sucedió eso? Todas las casas fueron destruidas", dijo Abas Khadiar, propietario de una de las viviendas dañadas.
En Bagdad, un coche bomba aparcado mató a ocho personas e hirió a otras once en un distrito del noroeste de la capital.
Otra explosión, que tenía como objetivo un autobús que transportaba a peregrinos iraníes que pasaban por la localidad de Madaen, a unos 30 kilómetros al sureste de Bagdad, mató a dos transeúntes e hirió a otros diez, entre ellos siete iraníes.
Un suicida que conducía un coche bomba se inmoló en la ciudad de Kut, a 150 kilómetros al sudeste de Bagdad, matando a cuatro policías, dijeron funcionarios y fuentes policiales.
Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad por la serie de ataques, pero una filial local de Al Qaeda y otros grupos islamistas sunitas han llevado a cabo al menos un ataque importante al mes desde que las últimas tropas estadounidenses abandonaron en el país en diciembre de 2011.
El ala local de Al Qaeda, el Estado Islámico de Irak, anunció el inicio de una nueva ofensiva enfocada principalmente contra objetivos chiíes.
Las medidas de seguridad se reforzaron en Bagdad y otras provincias después de que decenas de presos, entre ellos varios miembros de Al Qaeda condenados, huyeron este viernes de una prisión en la ciudad norteña de Tikrit.
Dos policías más murieron cuando un coche bomba estalló en la localidad de Balad Ruz, ubicada a 90 kilómetros al noreste de Bagdad.
En Mosul, a 390 kilómetros al norte de Bagdad, un coche bomba estacionado y dos bombas ubicados al costado de una carretara mataron a un civil e hirieron a seis.
Los últimos ataques importantes se produjeron el 9 de septiembre en la capital, cuando una serie de bombas detonadas en barrios principalmente chiíes causaron más de 100 muertos.
La violencia en Irak ha disminuido desde que llegó a su apogeo entre 2006 y 2007, años en que la lucha sectaria dejó miles de muertos, pero los islamistas sunitas siguen tratando de socavar el Gobierno liderado por los chiíes.