Un plan de la ONU para mejorar las previsiones del "clima espacial" podría ayudar al mundo a lidiar con las tormentas solares que causarían daños de hasta US$2 billones si el sol repitiera la llama gigante de 1859, dijeron expertos.
Oslo. Un plan de la ONU para mejorar las previsiones del "clima espacial" puede ayudar al mundo a lidiar con las tormentas solares que causarían daños de hasta US$2 billones si el sol repitiera la llama gigante de 1859, dijeron expertos.
El sol está entrando en una fase más activa debido a un pico en el 2013 de un ciclo de manchas solares de 11 años, dijo la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Las tormentas podrían afectar a fuentes de energía, al control de tráfico aéreo, a las comunicaciones y a los satélites.
"El clima espacial cada vez nos impacta más", dijo a Reuters Barbara Ryan, directora del programa climático espacial en la base de la OMM de Ginebra, Ryan agregó que hay una necesidad de coordinar las previsiones y mejorar las alertas de tormentas inminentes".
"Ningún país tiene los recursos (...) necesitamos observaciones de todo el mundo (...) Un protocolo de alerta común es una cuestión que probablemente trataremos en los próximos dos años" para ayudar a limitar los impactos, remarcó.
Las tormentas geomagnéticas del sol tardan entre medio día y 5 jornadas en llegar a la Tierra tras su erupción. China tiene 20 estaciones de control que rastrean la atmósfera superior, la capa más alta de la ionosfera y el sol.
La OMM, de 189 miembros, acordó en un congreso que impulsaría la coordinación internacional de clima en el espacio y trabajaría con la Organización de Aviación Civil Internacional.
Entre sus objetivos está "mejorar las alertas del clima espacial a mayores áreas de aplicación incluyendo la aviación", dijo. La OMM alentará que se compartan datos y ayudará a coordinar las investigaciones.
Alertas anticipadas pueden ayudar a los países a recalcular las rutas para evitar las rutas polares, desactivar equipos eléctricos innecesarios o cambiar las frecuencias de algunas transmisiones.
A largo plazo, la investigación puede proporcionar diseños mejorados para proteger equipos vulnerables.
La gigantesca tormenta solar del 1 de septiembre de 1859 provocó incendios en oficinas de telégrafos y generó una aurora tan brillante que la gente podía leer el diario en la noche con su luz, dijo la NASA.
Pero la economía es ahora mucho más vulnerable por la tecnología. Un informe de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos estimó que una tormenta similar en la actualidad podría generar daños de entre US$ 1 y US$2 billones y requeriría unos 10 años de recuperación, dijo la NASA.