Las fuerzas de seguridad de Irlanda del Norte están en alerta debido a la actividad de pequeños grupos nacionalistas que se oponen a un proceso de paz de 1998 con Reino Unido, y el sábado desmantelaron una bomba colocada bajo un puente del ferrocarril en Lurgan, en el sur de Belfast.
Belftast. La policía de Irlanda del Norte desactivó este domingo una bomba en un aparcamiento del Aeropuerto Internacional de Belfast, frustrando el segundo intento de atentado de presuntos militantes nacionalistas en apenas dos días.
Las fuerzas de seguridad de Irlanda del Norte están en alerta debido a la actividad de pequeños grupos nacionalistas que se oponen a un proceso de paz de 1998 con Reino Unido, y el sábado desmantelaron una bomba colocada bajo un puente del ferrocarril en Lurgan, en el sur de Belfast.
"Ambos dispositivos tenían capacidad para causar heridos y daños. Fueron colocados en lugares transitados por el público y sin ninguna consideración por las personas", dijo el asistente del jefe de policía, Duncan McCausland.
"En los últimos días, la policía ha intensificado sus medidas para contrarrestar la amenaza representada por personas y grupos equivocados que buscan arrastrar al país al caos y la miseria", aseguró.
La policía dijo que la bomba colocada en un coche en el aparcamiento de larga estancia del aeropuerto estaba conectada a contenedores de líquido inflamable.
Los vuelos de entrada y salida del aeropuerto no se vieron afectados, dijo un portavoz del terminal, pero un gran número de pasajeros que regresaban a Irlanda del Norte se vieron obligados a reservar un hotel o tomar un taxi a casa después que se les impidiera sacar sus vehículos del estacionamiento.
La bomba en Lurgan provocó la evacuación de viviendas cercanas y la cancelación del servicio de trenes de Belfast a Dublín. Los vecinos ya han sido autorizados a volver a sus casas y los servicios de trenes se han reanudado.
La policía ha frustrado una serie de atentados por parte de grupos disidentes, que quieren unir a la provincia controlada por Reino Unido con la República de Irlanda.
La mayoría de los analistas coinciden en que no representan una amenaza grave para el proceso de paz, que puso fin a tres décadas de conflicto entre nacionalistas mayoritariamente católicos y unionistas protestantes que quieren que Irlanda del Norte siga formando parte del Reino Unido.