La mayor economía africana se está viendo bajo una creciente presión para reparar las relaciones con la industria. Casi 100.000 trabajadores, en su mayoría de minas, han realizado huelgas a menudo ilegales y violentas desde agosto, dañando la confianza de los inversores y un crecimiento ya inestable.
La policía sudafricana lanzó gases lacrimógenos y balas de goma a los manifestantes que lanzaban bombas molotov después de que una manifestación en una mina de Anglo American Platinum (Amplats) se volviera violenta durante la noche, en la última muestra de la insatisfacción laboral latente.
La mayor economía africana se está viendo bajo una creciente presión para reparar las relaciones con la industria. Casi 100.000 trabajadores, en su mayoría de minas, han realizado huelgas a menudo ilegales y violentas desde agosto, dañando la confianza de los inversores y un crecimiento ya inestable.
Este viernes, un colectivo de camioneros firmó un acuerdo salarial que puso fin a una huelga de tres semanas que había afectado a los suministros de combustible, efectivo y bienes de consumo. Pero ese paso adelante se vio empañado por una rebaja de la calificación crediticia sudafricana por parte de Standard & Poor's.
Unos 1.000 manifestantes se reunieron este viernes por la noche en una población cerca de Rustenburg, 120 kilómetros al noroeste de Johannesburgo, y marcharon hacia el pozo Khomanani 1 de Amplats, según un comunicado del Servicio Sudafricano de Policía.
"Se emplearon gases lacrimógenos y rondas de balas de goma para dispersar al grupo demasiado alterado", dijo.
La multitud respondió con bombas molotov, dañando un vehículo policial, según la Policía. No hubo noticias de heridos y cuatro personas fueron detenidas.
Amplats, como se conoce a la compañía, es el mayor productor mundial de platino. Los líderes huelguistas de Amplats y otras minas se reunieron el sábado para plantear su estrategia.
"Todas las minas que sabes que están en huelga, sus líderes (de huelga) están aquí", dijo a Reuters el líder sindical Evans Ramokga. "Ahora mismo estamos hablando del camino hacia delante (...) No tenemos miedo de los despidos", agregó.
Amplats, que ha dicho que está perdiendo un promedio de 3.800 onzas de producción por cada día de huelga, ha despedido a 12.000 trabajadores que realizaron huelgas ilegales. Otras empresas de minería han seguido su ejemplo.
Más de 50 personas han muerto en disturbios relacionados con conflictos laborales en los últimos dos meses, incluyendo 34 que fallecieron baleados por la policía el 16 de agosto ante la mina de platino Marikana de Lonmin, en el incidente de seguridad más sangriento desde el final del apartheid.
Este sábado, cientos de mineros desfilaron hacia la sede de Impala Platinum en la capital para entregar una lista de demandas a la empresa.
"Estamos aquí, estamos en Impala", dijo a Reuters por teléfono Lesiba Seshoka, portavoz de la Unión Nacional de Mineros (NUM, en su sigla en inglés) mientras los mineros coreaban y cantaban de fondo.