Tras una reunión con el Consejo Nacional de Seguridad, el presidente de Honduras, Porfirio Lobo Sosa, se solidarizó con familiares de las víctimas.
Tegucigalpa, Honduras. El presidente de Honduras, Porfirio Lobo Sosa, ordenó este miércoles la suspensión de autoridades policiales y administrativas para efectos de investigación del incendio ocurrido en la cárcel de Comayagua, en el que habrían fallecido al menos 350 reclusos.
En cadena nacional de radio y televisión, el mandatario hondureño se solidarizó con los familiares de las víctimas e informó que giró instrucciones al ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, "para la suspensión de sus cargos de los funcionaros del centro penal de Comayagua y de la administracion de los centros penales a nivel nacional, para garantizar la investigación" del incidente y de la situación de las cárceles de Honduras.
"Pepe" Lobo confirmó que se proporcionará toda la atención médica necesaria para los lesionados, así como transporte para el traslado de Comayagua a un espacio especial cerca de la morgue del Ministerio Público de Tegucigalpa.
Asimismo, se comprometió a trasladar los cadáveres a sus lugares de origen a medida que sean identificados y apoyar a las familias dolientes en la sepultura de sus seres queridos. Dicha tarea será coordinada por la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Bomberos.
Lobo Sosa convocó de emergencia al Consejo de Seguridad luego de conocer el trágico hecho que se registró en las últimas horas en el presidio de Comayagua.
A la reunión que se llevó a cabo en Casa Presidencial, asistió la ministra de Derechos Humanos, Ana Pineda; el titular del Interior, Áfrico Madrid; y de Defensa, Marlon Pascua.
A la cita con el mandatario también llegaron autoridades del Congreso Nacional de Honduras y del Ministerio Público.
Datos proporcionados recientemente hablan de que en el centro penal permanecían unos 850 reos.
La prisión es un complejo agrícola ubicado a 500 metros de la carretera que une San Pedro Sula, la capital económica de Honduras, y Tegucigalpa, asiento del gobierno.
En este centro penitenciario los reclusos se dedican, entre otras actividades, al cultivo de hortalizas y la cría de cerdos.