Kim Jong-un acudió a un evento cultural y se sentó al lado del jefe de seguridad nacional de China, Zhou Yongkang, en su primera aparición pública desde que fue designado para puestos políticos y militares de alto rango a fines del mes pasado.
Tokio. El próximo líder de Corea del Norte, el hijo menor del gobernante Kim Jong-il, realizó este sábado su debut diplomático en compañía de un funcionario chino de alto rango, informó la agencia de noticias Kyodo.
Kim Jong-un acudió a un evento cultural o "juego de masas" y se sentó al lado de Zhou Yongkang, jefe de seguridad nacional de China, en su primera aparición pública desde que fue designado para puestos políticos y militares de alto rango a fines del mes pasado, reportó Kyodo.
Los "juegos de masas" son en parte espectáculos de danza, en parte circo y también propaganda comunista que puede incluir a miles de participantes.
La presencia de Kim Jong-un hace probable que también asista a un desfile militar el domingo en Pyongyang para celebrar el 65 aniversario de la fundación del gobernante Partido de los Trabajadores de Corea, lo que aumenta más su posición como el próximo líder del país.
La agencia estatal de noticias Xinhua dijo que Zhou arribó a Pyongyang el sábado para realizar una visita de tres días y firmar acuerdos de cooperación económica y de tecnología, cuyos detalles no fueron dados a conocer, y alabó la relación entre los dos países.
"Creemos que bajo el fuerte liderazgo del secretario general, Kim Jong-il, el nuevo liderazgo del Partido de los Trabajadores de Corea seguramente conducirá al pueblo de DPRK a (...) conseguir nuevos logros en el curso de la construcción de un país fuerte", declaró Zhou, citado por Xinhua.
La agencia de noticias china no mencionó a Kim Jong-un.
Se cree que Kim Jong-il, de 68 años, sufrió una apoplejía en el 2008, aunque es difícil evaluar su salud desde la última foto. El líder de Corea del Norte no ha mostrado signos de perder su poder y fue redesignado el martes como secretario general del Partido de los Trabajadores.
Una sucesión estable sería un alivio para sus poderosos vecinos - China, Corea del Sur y Japón -, a los que les preocupa que un colapso del régimen genere flujos masivos de refugiados y posiblemente lleve a una guerra civil.