La nueva tragedia se registró en el municipio de Bello, en el departamento de Antioquia, horas después de que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció que su gobierno declarará una medida de emergencia para conseguir recursos económicos adicionales.
Bogotá. Por lo menos 50 personas desaparecieron este domingo después de que un gigantesco alud de tierra, ocasionado por las fuertes lluvias que se registran en Colombia, sepultó un barrio construido sobre la ladera de una montaña de una ciudad del noroeste del país.
La nueva tragedia se registró en el municipio de Bello, en el departamento de Antioquia, horas después de que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció que su gobierno declarará una medida de emergencia para conseguir recursos económicos adicionales y atender a más de 1,5 millones de damnificados por las lluvias e inundaciones.
De acuerdo con estadísticas del gobierno, en lo que va del año las lluvias e inundaciones han provocado más de 170 muertes en todo el país.
A pico y pala socorristas buscaban al anochecer de este domingo personas sepultadas entre el lodo con el apoyo de perros entrenados para el rescate.
"Desafortunadamente se vino un alud de tierra y cubrió mas de 50 viviendas que se encontraban acá en la zona", dijo John Freddy Rendón, director del Departamento Administrativo del Sistema de Prevención, Atención y Recuperación de Desastres de Medellín, ciudad cercana a la zona de la tragedia.
"Se cree que pueden haber entre 50 y 60 personas atrapadas, incluso hasta más", precisó.
El cadáver de una niña de dos años fue rescatado, mientras que siete personas salieron heridas de entre el barro.
Horas antes de la tragedia de Bello, Santos canceló un viaje a Cancún, México, donde participaría en una cumbre climática.
El mandatario calificó la situación que se registra en Colombia y que mantiene inundado una buena parte del país como la peor tragedia en la historia colombiana por causa de las lluvias.
"Le he dado instrucciones al ministro de Hacienda que reúna a los juristas y mañana mismo por la noche o el martes por la mañana nos dé una recomendación sobre qué estado de excepción podemos declarar para tener todos los instrumentos a nuestro alcance para poder afrontar esta tragedia que infortunadamente se ha venido creciendo y creciendo", dijo Santos.
Costosa reconstrucción. El presidente habló desde la ciudad de Barranquilla después de sobrevolar una parte del caribeño departamento del Atlántico, uno de los más afectados por las lluvias y las inundaciones ocasionadas por el río Magdalena.
"La reconstrucción va a costar muchísimo dinero y por eso el estado de excepción que me recomienden, al declararlo, vamos a ver cómo podemos buscar más fuentes de financiación. De esta tragedia que no tiene precedentes en la historia de nuestro país vamos a salir adelante", aseguró Santos.
A comienzos de noviembre el gobierno declaró la calamidad pública en 28 de los 32 departamentos para atender la emergencia por las lluvias ocasionadas por el Fenómeno Climatológico de La Niña.
Los deslaves e inundaciones han destruido carreteras y puentes por lo que varias regiones del país permanecen incomunicadas por vía terrestre.
"Se calcula que va a haber más de dos millones de damnificados", afirmó Santos quien dijo que la cifra es cuatro veces superior a los afectados por el terremoto que azotó a la región cafetera del centro de Colombia, en 1999.
El mandatario viajó a Nueva York para participar en un acto conmemorativo de la Corte Penal Internacional y regresará este lunes en la tarde para seguir haciendo frente a la situación.
Santos admitió que la emergencia se puede agravar en las próximas horas y pidió ayuda a los empresarios y a los ciudadanos para hacer donaciones destinadas a los damnificados.
De acuerdo con el instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, las lluvias ocasionadas por La Niña se extenderán hasta marzo, justo cuando se inicia la temporada habitual de precipitaciones, por lo que los próximos seis meses continuará la emergencia.
Los expertos temen un fuerte impacto de las lluvias sobre la producción agrícola del país, incluyendo la cosecha de café, así como sobre la deficiente infraestructura de carreteras de este país sudamericano exportador de petróleo, carbón y ferroníquel.