El director de investigación del Brookings Doha Center en Qatar afirmó que el país del norte de África “es el candidato más probable para una guerra civil porque el gobierno perdió el control de parte de su propio territorio".
Tripoli. Decenas de personas fueron reportadas muertas en Trípoli durante la noche mientras las protestas contra el gobierno llegaban a la capital libia por primera vez y el edificio del Parlamento nacional fue prendido en llamas.
Uno de los hijos del líder libio Muammar Gaddafi dijo que el veterano gobernante combatirá la revuelta popular que ha remecido su gobierno de 40 años hasta "el último hombre".
Manifestantes antigubernamentales se congregaron en las calles de Trípoli, algunos líderes tribales hablaron contra Gaddafi y unidades del ejército desertaron a la oposición, en una revuelta que se ha cobrado la vida de más de 200 personas.
Los manifestantes dijeron que habían tomado el control de otras dos ciudades.
El ministro de Justicia de Libia Mustafa Mohamed Abud Al Jeleil renunció por "el excesivo uso de violencia" contra los manifestantes, según reportó el periódico libio Quryna.
La producción de uno de los campos petroleros del país había sido detenida por una huelga de trabajadores y algunas compañías petroleras europeas retiraron a trabajadores expatriados y suspendieron sus operaciones.
Con los gobiernos autocráticos de Túnez y Egipto derrocados por revueltas populares, había una sensación de que el puño de hierro de Gaddafi era fuertemente puesto a prueba.
"Libia es el candidato más probable para una guerra civil porque el gobierno perdió el control de parte de su propio territorio", dijo Shadi Hamid, director de investigación del Brookings Doha Center en Qatar.
Las naciones europeas observaron los desarrollos en Libia con un creciente sentido de alarma luego de que el gobierno en Trípoli dijera que suspendería la cooperación para detener el flujo de inmigrantes ilegales en el Mediterráneo.
Durante una visita a la región, el primer ministro británico, David Cameron, dijo que los eventos en Libia eran atroces e inaceptables.
La red televisiva Al Jazeera citó fuentes médicas diciendo que 61 personas murieron en las últimas protestas en Trípoli.
Indicó que las fuerzas de seguridad saqueaban bancos y otras instituciones gubernamentales en Trípoli, y manifestantes ingresaron a varias estaciones policiales, destrozándolas.
Un periodista de Reuters en Trípoli indicó que los residentes se compraban provisiones de bienes esenciales, aparentemente anticipándose a nuevos enfrentamientos tras el anochecer. También señaló que había largas filas en las tiendas de alimentos y en estaciones de gasolina.
El edificio donde funciona el Congreso General del Pueblo, o Parlamento, cuando está en sesión en Trípoli, ardía este lunes por la mañana, dijo un periodista de Reuters.
Hasta el último hombre. Saif al-Islam, uno de los hijos de Gaddafi, apareció en la televisión nacional en un intento de amenazar a los manifestantes y a la vez calmar al pueblo, diciendo que el ejército impondría la seguridad a cualquier precio para aplacar una de las revueltas más sangrientas en el mundo árabe.
"Seguiremos luchando hasta el último hombre, incluso hasta la última mujer", declaró.
Agitando un dedo ante la cámara, Saif culpó a los exiliados libios de fomentar la violencia. Pero también prometió diálogo sobre reformas y alzas salariales.
Pero la gente en Trípoli expresó enojo tras sus palabras.
"Lo lamento porque pasé mucho tiempo anoche esperando por el discurso y finalmente sus palabras me decepcionaron. Esperaba escuchar algo que calmara el malestar pero en vez de eso enojó aún más a los jóvenes", dijo un residente de Trípoli que no quiso identificarse.
Otro hombre dijo: "Estábamos esperando algo bueno para nosotros, los jóvenes, para calmar el malestar, pero él no hizo nada".
En un indicio de desacuerdo al interior de la elite gobernante en Libia, Mohamed Bayou -quien un mes atrás era portavoz del Gobierno- dijo que la clase dirigente estaba equivocada en amenazar a sus oponentes con violencia.
Bayou llamó a Saif al-Islam Gaddafi a empezar conversaciones con la oposición.
Partidarios de Gaddafi se encontraban en la plaza Verde de Trípoli el lunes, enarbolando banderas y retratos del líder, dijo un reportero de Reuters.
En el complejo Bab El Aziziya en la ciudad, donde están la residencia y despachos de Gaddafi, los soldados realizaban la guardia como de costumbre.