Durante los meses de oposición a su plan de subir la edad de retiro en Francia para controlar un enorme déficit en el sistema de pensiones, Sarkozy no ha cedido a los poderosos sindicatos del país.
París. El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy,someterá a un momento clave su reforma de jubilación la semana próxima,mientras trabajadores ferroviarios, empleados de refinerías, camionerosy manifestantes elevan la presión para evitar que sea sometida avotación en el Senado.
Durante los meses deoposición a su plan de subir la edad de retiro en Francia paracontrolar un enorme déficit en el sistema de pensiones, Sarkozy no hacedido a los poderosos sindicatos del país.
Losgrupos de trabajadores, que tienen un historial de aplastar reformasimpopulares, han señalado que seguirán protestando hasta alcanzar susobjetivos.
Con los suministros de combustiblecerca de agotarse, los camioneros amenazando con tomarse las carreterasy numerosas convocatorias a nuevas marchas en toda la nación, la semanapróxima pondrá a prueba la ambición del presidente.
Silas huelgas que empezaron el martes en las 12 refinerías de Franciacontinúan, los suministros de gasolina podrían comenzar a escasear paramediados de la semana próxima, de acuerdo al grupo de presión de laindustria UFIP, lo que significa que el gobierno tendría que consideraracudir a sus reservas de emergencia.
Hasta elmomento, menos del 2 por ciento de las estaciones de gasolina deFrancia se han visto afectadas, y los principales aeropuertos del paístienen suficiente combustible para seguir operando indefinidamente.
Lostemores de que el principal aeropuerto internacional de Francia, RoissyCharles de Gaulle, se quedara sin combustible en las próximas 48 horasfueron disipados por el ministro del Transporte, Dominique Bussereau,quien afirmó el domingo a la radio Europea 1 que el oleoducto queabastece al terminal estaba funcionando.
"Noexisten preocupaciones respecto a Roissy. Podemos alimentarlo (concombustible) por un periodo ilimitado de tiempo", expresó.
Mantener la presión. Perotodas las refinerías de Francia permanecían en huelga y 350 de las 400estaciones de combustible administradas por la compañía energéticaTotal estaban siendo afectadas por interrupciones en el suministro.
Unaescasez podría afectar al transporte con mayor severidad si loscamioneros logran bloquear las carreteras el domingo y el lunes, y silos manifestantes generan disturbios en las calles el martes, el díaantes de que el Senado someta a votación el polémico proyecto de ley deSarkozy.
Si el Senado vota a favor, el proyecto podría ir a manos del presidente para ser promulgado, posiblemente a partir del viernes.
Laasistencia a las manifestaciones del sábado fue menor que la de otrasprotestas, de acuerdo al gobierno, que lo consideró como una señal deque su mensaje ha empezado a ser comprendido. Los sindicatos dijeronque hasta 3 millones de personas participaron en marchas en todo elpaís.
"Creo que estamos claramente en unaencrucijada. Espero que la razón prevalezca y que esta reforma seaadoptada en los próximos días e implementada en las semanasposteriores", dijo el ministro de Agricultura, Bruno Le Maire, a Europe1.
Los sindicatos están apostando a la próximaserie de manifestaciones y que esperan que la presión se agudice conuna escasez de combustible, la cancelación de servicios de trenes einterrupción de carreteras.
Los camioneros, quetienen un influyente rol en las protestas francesas por su capacidad debloquear grandes vías e interrumpir el transporte de suministros dealimentos y combustible, comenzarán a obstaculizar autopistas desde eldomingo por la noche, dijo un portavoz sindical.