Los políticos y comentaristas franceses reaccionaron con sorpresa y enojo a la decisión de la jueza de Nueva York de decretar la prisión preventiva de Strauss-Kahn, que hasta hace poco era la mayor amenaza para el presidente conservador Nicolas Sarkozy en las elecciones de abril de 2012
Nueva York/París. El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, pasó su tercera noche en una cárcel en Nueva York, generando conmoción en Francia luego de no obtener la libertad bajo fianza en un caso de intento de violación que podría arruinar sus esperanzas presidenciales.
Sus aliados del Partido Socialista, algunos de los cuales buscaban posicionarse antes de un proceso primario que parecía encaminado a asegurar la candidatura de Strauss-Kahn, se reunieron el martes en medio de la crisis, pero dijeron que no cambiarían el calendario de la selección.
Los políticos y comentaristas franceses reaccionaron con sorpresa y enojo a la decisión de la jueza de Nueva York de decretar la prisión preventiva de Strauss-Kahn, que hasta hace poco era la mayor amenaza para el presidente conservador Nicolas Sarkozy en las elecciones de abril de 2012.
Su aparición ante los medios de todo el mundo esposado, desaliñado y sin afeitar fue particularmente perturbadora para los franceses.
"Es un hombre valiente a quien se le ha ocasionado un destino despectivo", dijo el ex ministro de Cultura socialista Jack Lang a la radio Europe 1, denunciando un "linchamiento".
"No es impensable que ciertos funcionarios judiciales, el fiscal en particular o la juez, estén motivados por un deseo de derribar a un francés, un francés que además es muy famoso", agregó.
Strauss-Kahn, que está preso en la célebre cárcel Rikers Island de Nueva York, niega el cargo de que agredió sexualmente a una empleada en un lujoso hotel en Manhattan el sábado y dice que tiene una coartada. El 20 de mayo debe volver a comparecer en la corte.
Su arresto abrió las posibilidades de la carrera por el Palacio del Elíseo, mejorando las chances de Sarkozy de obtener la reelección, y conmocionó al Fondo Monetario Internacional, que se encuentra ayudando a estados de la zona euro como Grecia y Portugal a lidiar con la crisis de la deuda.
Las especulaciones sobre quién podría suceder al jefe del fondo se centraron particularmente en si Europa Occidental, que ha casi monopolizado el puesto desde su creación tras la Segunda Guerra Mundial, podrá mantener su liderazgo ante los crecientes desafíos de las potencias emergentes de Asia.
Sarkozy mantiene distancia. La jefa de los socialistas, Martine Aubry, que está bajo una intensa presión para competir por la primaria tras el arresto de Strauss-Kahn, dijo que el partido no será forzado a cambiar sus planes. Los candidatos a las primarias deben ser anunciados en julio.
"Tenemos un cronograma y hoy no es el momento" de declarar una candidatura, dijo a la radio France Info el martes. "No vamos a cambiar nada en nuestro calendario" para la primaria, agregó.
La dramática caída en desgracia de Strauss-Kahn podría beneficiar a Sarkozy, al igual que a la líder de extrema derecha Marine Le Pen.
"K.O." fue el título del diario de izquierda Liberation, reflejando la visión casi universal en Francia de que la carrera política del ex ministro de Finanzas sufrió un "nocaut".
Sarkozy, cuya campaña por la reelección podría recibir un impulso gracias a la noticia de que su esposa está embarazada, mantuvo distancia del escándalo, sin hacer comentarios sobre el futuro de un hombre que alguna vez fue considerado como su enemigo.
Tensa comparecencia judicial. Una escritora francesa también está considerando presentar cargos por intento de violación contra Strauss-Kahn por hechos ocurridos hace casi una década. Pero su abogado indicó el martes no se presentaría ninguna demanda.
El jefe del FMI parecía agotado y tenso en su primera comparecencia judicial el lunes, mientras la fiscalía detallaba su supuesta agresión contra la empleada.
"La agredió sexualmente e intentó violarla. Cuando no tuvo éxito, la obligó a realizarle sexo oral", dijo el vicefiscal de distrito John McConnell al tribunal.
Strauss-Kahn podría recibir una pena de hasta 25 años de cárcel si es condenado.
Los fiscales convencieron a la jueza Melissa Jackson de que Strauss-Kahn podría intentar huir a Francia, así que ordenó su encarcelamiento y fijó una nueva audiencia para el viernes. La policía sacó a Strauss-Kahn de un avión de Air France el sábado minutos antes de que despegara hacia París.
Se prevé que sus abogados apelen la decisión de la juez sobre la fianza y ésta podría ser una cuestión clave en el caso.
La fianza daría a Strauss-Kahn mucho mejor acceso a sus abogados y le permitirían vivir en Nueva York con su mujer, la famosa periodista de la televisión francesa Anne Sinclair, a la espera de juicio.