Uno de los trabajadores que luchan para evitar un desastre en la planta nuclear dañada de Japón se vio expuesto a una alta dosis de radiación que puede aumentar el riesgo de cáncer, dijo este miércoles un funcionario de la agencia atómica de Naciones Unidas.
Viena. Uno de los trabajadores que luchan para evitar un desastre en la planta nuclear dañada de Japón se vio expuesto a una alta dosis de radiación que puede aumentar el riesgo de cáncer, dijo el miércoles un funcionario de la agencia atómica de Naciones Unidas.
Autoridades japonesas también han dicho a la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés) que se aconsejó a dos prefecturas cercanas a la planta afectada -Chiba e Ibaraki- que supervisen los alimentos marinos, dijo el funcionario, Graham Andrew.
Altos niveles de yodo y cesio radioactivos fueron medidos cerca de puntos de descarga de agua de la planta de energía de Fukushima, "antes de su dilución en el océano", dijo en una conferencia de prensa.
Autoridades japonesas probaron el martes agua marina fuera del sitio de la planta para evaluar radiación, pero destacaron que los altos niveles ya detectados no eran una causa de preocupación.
En un desesperado intento por enfriar los reactores y sus piscinas de combustible, los trabajadores han rociado o vertido agua de mar dentro del sistema de refrigeración de la planta. Funcionarios han reconocido que parte del agua cayó de nuevo al mar.
La planta aún no se ha controlado y los trabajadores se vieron forzados a apartarse del complejo el miércoles, cuando una columna de humo negro comenzó a elevarse desde uno de sus seis reactores. La IAEA dijo que no había recibido ninguna información sobre el incidente.
IAEA defiende papel. Andrew dijo que autoridades japonesas habían dicho a la agencia con sede en Viena que las tasas de radiación en la planta estaban disminuyendo, pero sugirió que la contaminación por yodo y cesio en áreas cercanas había aumentado.
La IAEA también tenía información sobre dieciocho trabajadores en el sitio que se habían expuesto a radiación desde el accidente, incluyendo uno que recibió una tasa de dosis de cerca de 0,1 sieverts (106,3 milisieverts), aunque no se requirió ningún tratamiento médico.
La agencia no dijo cuándo ocurrió. La dosis promedio para un trabajador de planta nuclear es de 50 milisieverts en cinco años.
El operador de Fukushima dijo la semana pasada que había elevado el límite del trabajo de emergencia a 100 milisieverts por hora.
"El 0,1 sievert que tienen allí no es ciertamente una dosis baja y el individuo puede tener un mayor riesgo de sufrir de ciertos cáncer en el futuro (...) Así que es algo que debe evitarse, es una alta dosis", dijo Andrew.
Un ex funcionario de alto rango de la IAEA, Olli Heinonen, ha criticado la respuesta inicial de su ex empleador ante la crisis, y dijo que sus primeros reportes después del terremoto del 11 de marzo brindaban información escasa, y a veces contradictoria de Japón.
La IAEA ha dicho que sólo podría dar la información a sus estados miembro ya que la recibía de Japón.
"Creo que nuestra respuesta fue la mejor que pudimos dar dadas las circunstancias...Me sorprende saber que nos está criticando. El entendería, creo, de trabajar aquí", dijo Andrew.