Tropas sirias arrestaron cientos de personas el miércoles y las confinaron en un estadio después de allanar un distrito suní del asediado puerto de Latakia, dijeron residentes, en otro episodio de la ofensiva militar para aplastar las protestas contra el gobierno.
Amán. Tropas sirias arrestaron cientos de personas el miércoles y las confinaron en un estadio después de allanar un distrito suní del asediado puerto de Latakia, dijeron residentes, en otro episodio de la ofensiva militar para aplastar las protestas contra el gobierno.
Las fuerzas del presidente Bashar al-Assad atacaron al-Raml al-Filistini (arena palestina), nombrado en honor a un campo de refugiados de la década de 1950, el fin de semana, en medio de una campaña armada contra los principales centros urbanos que se ha intensificado desde el inicio del mes de Ramadán.
Latakia tiene un significado especial para Assad, perteneciente a la minoría alauita de Siria. El presidente de 45 años, autodeclarado defensor de la causa palestina, proviene de un pueblo en el sudeste donde está enterrado su padre. Su familia y amigos controlan la ciudad puerto y sus finanzas.
"Los bombardeos y el sonido de ametralladoras de tanques se calmaron hoy. Se están llevando a cientos (de personas) en ómnibus desde al-Raml. Son levantados al azar en cualquier lugar de Latakia", dijo un residente, en referencia al complejo que alojó a los Juegos Mediterráneos en los 80.
"Se siguen desplegando tanques, ahora están en la calle principal Thawra (revolución)", agregó la fuente, un estudiante universitario que no quiso ser identificado.
Un diplomático en la capital sostuvo que los reportes sobre las condiciones de detención y las torturas son cada vez más alarmantes.
El primer ministro turco, Tayyip Erdogan, comparó la situación en Siria con la de Libia, donde los rebeldes están luchando contra las fuerzas leales a Muammar Gaddafi desde febrero.
"Hemos hecho todo lo que pudimos en Libia, pero no logramos generar resultados. Por eso ahora es una cuestión internacional. Gaddafi no pudo cumplir con nuestras expectativas, y el resultado fue obvio", dijo Erdogan a periodistas.
"Ahora está ocurriendo lo mismo en Siria. Envié a mi ministro de Relaciones Exteriores y me contacté personalmente varias veces, la última fue hace tres días por teléfono. A pesar de todo esto, se sigue asesinando civiles", agregó.
Citando a testigos en Latakia, el observador para los derechos humanos de Siria dijo que alrededor de 700 efectivos de seguridad barrieron al-Raml, demoliendo hogares en el barrio "con el pretexto de que no tenían permisos de construcción".
"Los estadios de la Ciudad Deportiva se están usando para alojar a refugiados y evitar que se vayan de Latakia, y como hemos visto en otras ciudades que fueron atacadas, como centro de detención", dijo el director del observatorio, Rami Abdelrahman, a Reuters.
Un funcionario palestino describió la ofensiva militar en la ciudad como "un crimen contra la humanidad", sumándose a la indignación árabe e internacional por la violenta represión de Assad contra los manifestantes populares que piden el fin de su Gobierno autoritario.
Condena unánime. La ofensiva ha desatado una fuerte condena desde el exterior. "El baño de sangre tiene que parar, primero y principal", dijo el ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu.
"Si continúan las operaciones en Siria y se convierten en un problema regional, Turquía naturalmente no puede ser indiferente", agregó.
Los Comités de Coordinación Local indicaron que las fuerzas de Assad mataron al menos dos personas en Latakia el martes, entre ellas Mohammad Shohan, de 13 años, que fue baleado por un francotirador en la empobrecida zona de al-Raml al-Filistini, llevando la cifra de muertos a 36 en los últimos días.
El grupo activista dijo que las víctimas podrían ser más, pero los bloqueos en las rutas y la interrupción de las comunicaciones dificultan la recolección de información en la ciudad.