Más de 33 millones de ucranianos están convocados para elegir al próximo presidente, pese a que líderes separatistas pro rusos adelantan que no permitirán los comicios y que se preparan para una posible guerra.
Kiev. Tras una campaña electoral corta, opaca y carente de actos o movilizaciones, el gobierno nacional interino que asumió hace tres meses después del derrocamiento del presidente pro ruso, Viktor Yanukovich, pidió a los ucranianos que vayan masivamente a votar, algo que no es común en un país donde el voto no es obligatorio.
"El futuro de Ucrania depende del comportamiento de cada uno de nosotros. Con los comicios culminaremos la formación de un gobierno legítimo y responsable", afirmó el presidente interino, Alexander Turchinov, en un comunicado difundido este viernes.
El favorito indiscutido es el séptimo hombre más rico del país y actual promotor de un acercamiento con Europa, Petro Poroshenko, que según algunos sondeos podría obtener más del 50% de los votos y ganar en primera vuelta.
Si no lo consigue, los dos candidatos que se disputan un posible balotaje son la ex primera ministra condenada por corrupción y referente indiscutida del oeste del país, Yulia Timochenko, y Serhiy Tihipko, un hombre con una fortuna superior a 360 millones de dólares, que pese a rechazar las rebeliones separatistas en el es Este, simpatiza con algunos reclamos de esa región.
Aunque el gobierno interino y los principales candidatos insisten en la importancia de legitimar a las autoridades en Kiev, Ucrania tiene un sistema semi presidencialista, en el que el presidente sólo elige al ministro de Defensa, al canciller y al jefe de los servicios de inteligencia.
El gobierno, responsable de tomar las principales decisiones económicas y políticas del país, continuará siendo el mismo que asumió tras el derrocamiento de Yanukovich. Según el calendario electoral, las próximas elecciones legislativas son en 2017.
Hace una semana, Turchinov había prometido que la llamada "operación anti terrorista", que encabezan el ejército y grupos paramilitares, avanzaría sobre los separatistas del Este para garantizar que los cerca de cuatro millones de electores de las provincias de Donetsk y Lugansk, es decir alrededor de un 15% del padrón nacional, puedan votar.
Sin embargo, a un día de los comicios los gobiernos separatistas de las recientemente proclamadas República Popular de Donetsk y República Popular de Lugansk siguen controlando las capitales provinciales y varias de las ciudades más importantes de esa empobrecida región minera e industrial.
En los últimos días, los combates se intensificaron con un saldo de más de 20 muertos y llegaron incluso a las puertas de la ciudad de Donetsk, donde se encuentra la sede gubernamental de una de las nuevas repúblicas.
Pese a ello, las autoridades locales que responden a Kiev siguen organizando las elecciones para mañana.
Según una ley nacional aprobada tras el derrocamiento de Yanukovich, sólo es necesario que vote el 50% del padrón de Donetsk y Lugansk o que al menos estén habilitadas y funcionando el 50% de las mesas electorales en esas dos provincias para que la elección presidencial se considere válida allí.
El jefe del Departamento de Seguridad Pública del Ministerio del Interior, Volodymyr Hrinyak, informó ayer a la agencia de noticias rusa Interfax que los separatistas bloquearon o tomaron las oficinas de al menos 17 de los 34 comités electorales, responsables de organizar los comicios en esa región oriental.
Olga Malyutina, una de las voceras del gobernador Serguei Taruta, el multimillonario que fue designado por las autoridades interinas en la capital de Donetsk, recibió a Télam en una oficina que improvisó en las últimas semanas, luego que los separatistas ocuparan la suya en la sede del gobierno provincial.
"Muchas personas no recibieron por correo la invitación para ir a votar, donde dice a qué mesa electoral debe dirigirse. Probablemente no podamos usar los centros de votación tradicionales", explicó.
"Pero la idea es que la gente vaya a las mesas electorales donde siempre votan y si está cerrada, allí habrá una persona que les indicará dónde puede votar... es complicado, lo sé. No sabemos muy bien cómo va a funcionar porque nunca estuvimos en esta situación", agregó la funcionaria.
Uno de los rumores que circulan en las últimas horas es que uno de los centros de votación estaría en el Donbas Arena, el moderno estadio de fútbol del equipo FK Shajtar, propiedad del hombre más rico del país, el oligarca Rinat Akhmetov, quien recientemente se declaró partidario de una Ucrania unida.
Akhmetov es consideraro una figura clave para desactivar el conflicto en el este ucraniano.
Prueba de eso es que todas las fuerzas separatistas y pro rusas que componen la República Popular de Donetsk se reunieron hoy en uno de sus hoteles para discutir si abren una negociación con Kiev, apenas horas después que el presidente ruso, Vladimir Putin, dijera que reconocerá el resultado de las elecciones ucranianas.
Las diferencias, las recriminaciones y las acusaciones marcaron el encuentro y avivaron la incertidumbre a sólo un día de las elecciones.