La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) acordó en una cumbre informal hacer uso de herramientas de diálogo con China ante diversos problemas con el gigante asiático, aunque Vietnam y Filipinas buscaban pronunciamientos más marcados.
Bangkok. Mesura y diálogo es lo que la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) recetó para sofocar los conflictos en el mar de China Meridional, en la clausura de la cumbre informal celebrada por primera vez en Birmania (Myanmar).
La Declaración de Naypyidaw recoge el compromiso de los jefes de Estado y de Gobierno del bloque regional a abstenerse de adoptar acciones que puedan elevar la tensión en el Sudeste Asiático.
La ASEAN está formada por Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam.
Los mandatarios acordaron también acelerar la conclusión del mecanismo que elaboran desde hace tiempo para prevenir y sofocar las confrontaciones en el mar de China Meridional.
La mayoría de los mandatarios de la ASEAN rechazaron, un año más, presentar un frente común contra lo que consideran “expansionismo soberanista” de China en la región, como proponían Filipinas y Vietnam.
Los ministros de Exteriores de este bloque a lo más que llegaron en la reunión preparatoria que mantuvieron la víspera es a expresar su "seria preocupación" por los últimos acontecimientos.
El régimen vietnamita acusó esta semana a barcos chinos de embestir y agredir embarcaciones nacionales en aguas territoriales suyas, próximas a las islas Paracel, donde China construye una plataforma petrolera.
Cientos de vietnamitas, aunque los medios locales hablen de decenas de miles, se manifestaron en Hanoi por segundo día consecutivo, en una de las raras asambleas públicas autorizadas por las autoridades, para condenar la plataforma petrolera y la actitud de Pekín.
Filipinas detuvo, también esta semana, a once pescadores chinos por faenar ilegalmente en aguas que considera suyas en las islas Spratly.
Hanoi, Pekín y Taipei reclaman la soberanía de las Paracel, que el primero llama Hoang Sa y el segundo Xisha.
Brunei, China, Filipinas, Malasia, Taiwán y Vietnam se disputan total o parcialmente las Spratly, un archipiélago rico en petróleo, gas y recursos marinos.
La portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, afirmó antes de la cumbre informal que las disputas de soberanía de China en el Sudeste Asiático no representan un problema entre la segunda economía mundial y la ASEAN.
Por otro lado, los mandatarios ratificaron su determinación a avanzar en la integración y establecer antes de que acabe 2015 una comunidad económica y sociocultural intercomunicada.
El programa está completado en un 80 %, según datos del bloque regional, y supone un ligero avance sobre el 79,7 % que había en la cumbre celebrada el pasado octubre en Brunei.
El presidente birmano, Thein Sein, inauguró hoy esta cita recordando el objetivo de la ASEAN: promover la paz, la estabilidad y a prosperidad económica en la región.
El mandatario indicó que durante su presidencia promoverán, entre otras cosas, la lucha contra el cambio climático, con iniciativas como reforestar los manglares en la región, y que la ASEAN consiga una mayor presencia en el escenario internacional.
No obstante, el gobernante birmano omitió el problema de los apátridas rohingya en su país, y otros asuntos de derechos humanos no recibieron la atención que pedían las organizaciones no gubernamentales o se quedaron del debate.
El presidente de la Federación Internacional de Derechos Humanos, Karim Lahidji, había requerido que se tratase también de la "confiscación de tierras, militarización, leyes de seguridad draconianas, represión de minorías religiosas y étnicas, y graves restricciones en la libertad de expresión y asociación".
Esta ha sido la primera vez que los jefes de Estado y de Gobierno de la ASEAN se reúnen en Birmania, país que nunca antes ocupó la presidencia rotativa del grupo porque estuvo gobernado por una dictadura militar hasta 2011.