Pasar al contenido principal

ES / EN

23F: el riesgo de la "revolución" ecuatoriana sin Correa
Domingo, Marzo 2, 2014 - 18:56

En las recientes elecciones la alianza gubernamental perdió Quito y Cuenca. Sólo logró una alcaldía en las diez ciudades más pobladas del país y tres de las 24 capitales de provincia. Expertos consideran que los hechos marcan un "antes" y un "después".

Quito. "Me voy a meter de lleno en esta campaña porque la revolución se construye desde lo local”. El anuncio lo hacía el presidente Rafael Correa el pasado 4 de enero, tres días antes del inicio de la campaña para las elecciones del 23 de febrero (23F), que dejaron –como él mismo ha dicho– un revés para el movimiento oficialista.

A su declaración le sucedieron cuatro pedidos de licencia a la Asamblea para encabezar caravanas junto a los candidatos de Alianza País (AP), discursos de apoyo, aparición en spots y su rostro replicado por el país en afiches y gigantografías de los aspirantes a alcaldes, prefectos y concejales.

Su "metida de lleno" siguió con dos cartas y un video dirigido a la militancia de Quito y a los quiteños, en el que advertía: “Juntos hemos logrado nueve victorias consecutivas... juntos debemos lograr la décima. El enemigo sabe la importancia de Quito. Quieren tomarse la capital para de ahí desestabilizar al gobierno”.

Decía, además, que votar por Augusto Barrera era votar por la revolución y que estaba en juego el proyecto político.

El 23F la alianza gubernamental perdió Quito y Cuenca, logró sólo una alcaldía en las diez ciudades más pobladas (Durán) del país y tres de las 24 capitales de provincia. 

De acuerdo con los datos de población del INEC, Guayaquil, Quito, Cuenca, Santo Domingo, Ambato, Portoviejo, Machala, Durán, Manta y Riobamba son las diez de mayor población y representan el 49% del electorado nacional (suman 5.698.216 electores de los 11.600.000 habilitados en este proceso).

El gobierno, en tanto, obtiene la mayoría (más de 60) de las 221 alcaldías y alcanza, hasta los resultados ingresados el viernes por el Consejo Nacional Electoral, 11 de las 23 prefecturas.

¿Qué significa para la revolución los resultados del domingo pasado? Para el analista Simón Pachano, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), marcan un "antes" y un "después" en el proceso que ha impulsado el gobierno, porque es la primera vez que el presidente enfrenta una derrota.

“Él planteó esto casi como un referéndum respecto de la revolución y ha salido derrotado. Si bien es cierto sigue siendo la primera fuerza, no ha ganado en los sitios que debió ganar. Sobre todo en capitales de provincias y las más grandes, eso simbólicamente es un problema”, dice.

En ello coincide el analista Julio Echeverría, docente de Ciencias Políticas de la Universidad Central del Ecuador, para quien el 23F significa un remezón que afecta, como lo advertía el presidente, a la revolución ciudadana en su núcleo central.

“Ese es el resultado de su propia intervención protagónica en el proselitismo electoral. Fue la concentración absoluta del poder en la figura del presidente , algo consustantivo con el modelo de la revolución ciudadana, el que ha sido contrastado por el resultado electoral”, asegura Echeverría.

Por su parte, Willington Paredes, director del Instituto de Investigaciones Económicas y Políticas de la Universidad de Guayaquil, cree que elecciones seccionales y nacionales tienen características diferentes a las nacionales. "No pueden ponerse en un mismo plano, no se puede hablar de que si Correa ganó, la gente está con la revolución o si perdió, está en contra”, dice.

En el gobierno no se menciona la palabra derrota. Aunque Ximena Ponce, integrante del buró de Alianza País, reconoce que es un golpe no haber logrado la reelección en Quito y Cuenca, pero que eso no significa haber perdido el proceso de revolución. 

Apuesta a radicalizarla y "expresar de mejor manera en los territorios su programa para combatir la pobreza, la miseria y la desigualdad, haciendo alianzas post electorales con movimientos y organizaciones sociales", ha dicho.

Julio Echeverría cree, sin embargo, que AP debe revisar en profundidad el modelo que impulsa la revolución. De hecho, "revolución ciudadana" lleva el nombre y apellido de Correa hasta en sus iniciales. AP lo sabe y dio el primer paso: el viernes, la presidenta de la Asamblea, Gabriela Rivadeneira, dijo que su bloque enviará una enmienda constitucional para permitir la reelección de Correa, una vez más.

Autores

El Universo.com