Ana Libertad es hija de los argentinos Héctor Carlos Baratti y Elena de la Cuadra, dos militantes del partido Marxista Leninista que fueron secuestrados en la ciudad de La Plata, 60 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron este viernes la restitución de la identidad de la nieta de una de las fundadoras de la asociación, que fue robada a sus padres durante la última dictadura argentina (1976-1983), con lo que suman 115 los nietos "recuperados".
Ana Libertad, de 37 años, conoció su verdadera identidad a raíz de una investigación iniciada en 2010 después de una denuncia recibida por las Abuelas, informó la titular del organismo humanitario, Estela de Carlotto.
"Se trata de la nieta de Alicia (Zubasnabar de la Cuadra), una de las fundadoras de la Asociación que lamentablemente falleció en 2008 sin abrazarla", dijo De Carlotto al abrir la conferencia.
"Fue la primera presidenta de Abuelas y buscó a su nieta hasta el día de su muerte", agregó de Carlotto, que hace solo unos días pudo conocer a su nieto, también robado, al que buscaba desde hace 36 años.
Ana Libertad es hija de los argentinos Héctor Carlos Baratti y Elena de la Cuadra, dos militantes del partido Marxista Leninista que fueron secuestrados en la ciudad de La Plata, 60 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Nació en cautiverio el 16 de junio de 1976 en la comisaría quinta de La Plata, donde se encontraban sus padres.
La mujer encontrada reside en un país europeo, donde se hizo el examen de ADN de manera voluntaria, informó la titular de Abuelas.
"Celebramos esta noticia y expresamos una profunda alegría por este nuevo logro que es fruto de las políticas públicas impulsadas por el Estado nacional y el ejemplo de lucha constante de nuestras queridas Abuelas", afirmó en un comunicado la Secretaría de Derechos Humanos argentina.
La nueva restitución de identidad llega 17 días después de la presidenta de Abuelas anunciase la recuperación de su nieto, Ignacio Guido Montoya de Carlotto.
La noticia conmovió a la sociedad argentina y provocó un aluvión de consultas y denuncias en la entidad y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), donde se triplicaron las llamadas solo en un día.
