La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) detalló que el índice de letalidad de la Policía Federal en confrontaciones con grupos de la delincuencia organizada es de 4,8 civiles muertos por cada herido.
La violencia que se vivió la mañana del 19 de junio en Oaxaca muestra la tendencia de las policías nacionales de emplear fuerza excesiva en contra de manifestantes, de acuerdo con la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus iniciales en inglés).
En opinión de la no gubernamental con sede en Estados Unidos, la respuesta de la Policía Federal a las protestas en Nochixtlán, Oaxaca, pone en evidencia que las fuerzas policiales en México carecen de un marco legal apropiado para el uso de la fuerza.
Las consecuencias de esta omisión son graves, de acuerdo con la WOLA. Aparte de una fuerza desmesurada en protestas sociales, el índice de letalidad de la Policía Federal (PF) en confrontaciones con grupos de la delincuencia organizada es de 4.8 civiles muertos por cada herido. Un índice superior a uno, se considera un uso excesivo de la fuerza.
“Ésta no es la primera vez que la PF recurre al uso excesivo de la fuerza en contra de movimientos sociales en Oaxaca, o en otras partes del país”, exhibió Maureen Meyer, coordinadora principal del Programa de México de la WOLA. “Desafortunadamente, el caso en Nochixtlán, Oaxaca, se suma a otros casos graves en que las fuerzas de seguridad mexicanas hacen un uso de fuerza letal en respuesta a protestas sociales”, expuso.
Esta organización recordó el caso de un operativo de la Policía Federal en el 2006 para dispersar a integrantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). La Comisión de la Verdad creada por el gobierno para esclarecer los hechos ha documentado decenas abusos y violaciones a derechos humanos.
Años más tarde, en el 2011, estudiantes de la Escuela Normal Rural Raíl Isidro Burgos de Ayotzinapa fueron atacados a manos de la Policía Federal, cuando elementos de esa institución y otras agencias policiales del estado de Guerrero participaron en un operativo para levantar el bloqueo parcial de una autopista y abrieron fuego en contra de los estudiantes, resultando en la muerte de dos personas, al menos un caso de tortura y decenas de heridos.
En su momento, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) calificó este episodio como un caso de violaciones graves a los derechos humanos.
Maureen Mayer advirtió que las autoridades en “México han desatendido por demasiados años la necesidad de regular mejor el uso de la fuerza de las policías en el país. Ya que se han aprobado importantes reformas policiales, es hora de retomar seriamente el debate sobre uso de la fuerza”.
La WOLA recomendó al gobierno mexicano encontrar una salida pacífica a la situación en Nochixtlán, Oaxaca; investigar los probables casos de violaciones a los derechos humanos por parte de la policía y sancionar a los responsables, así como a asegurar el respeto de los derechos de las víctimas.