Los analistas coinciden en que para usar esa herramienta constitucional AP tendría que aglutinar unos 18 votos adicionales de otras bancadas.
Quito. Con el término del escrutinio para asambleístas provinciales en 23 de las 24 provincias del país (falta Guayas y el voto de los ecuatorianos en el exterior), y el 94,56% de avance en los resultados de legisladores nacionales, el presidente Rafael Correa aseguró ayer que el movimiento oficialista Alianza PAIS (AP) alcanza 74 curules de 137 en la próxima Asamblea.
Esto implica una mayoría absoluta de la mitad más uno. AP pierde el dominio de las dos terceras partes que tuvo entre 2013 y 2017. No obstante, el mandatario celebró en su enlace semanal de los sábados los resultados.
Los siguientes partidos y movimientos con mayor representación serían: CREO (31); PSC-MG (15); Pachakutik (4); ID (4); PSP (3); SUMA (2); FE (1); y tres correspondientes a movimientos provinciales.
Estos resultados parciales implican un retroceso en cuanto al número de escaños obtenidos por AP, lo que reduce las capacidades de este bloque para, por ejemplo, aprobar enmiendas constitucionales o destituir a un presidente de la República, mociones para las que se necesita una mayoría de las dos terceras partes.
Analistas consultados coinciden en que esta representación más heterogénea implicará la necesidad de una mayor maniobra de negociación entre el Ejecutivo y el Legislativo que sería de un menor o mayor grado según quien llegue a la presidencia de la República: Lenín Moreno (AP) o Guillermo Lasso (CREO), en su orden.
Correa ya dio un vistazo de lo que podría ocurrir en el legislativo en caso de que gane Lasso: “Si gana la oposición, empieza a perseguirnos, quiere destrozar todo lo ganado, bueno existe la figura de muerte cruzada, tenemos mayoría en la Asamblea y en un año nos podríamos ver de nuevo aquí”, dijo esta semana ante medios internacionales.
Los analistas coinciden en que para usar esa herramienta constitucional AP tendría que aglutinar unos 18 votos adicionales de otras bancadas.
A base de los resultados electorales parciales, Santiago Basabe, catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), considera que la fragmentación del legislativo puede conllevar a un mayor intercambio de ideas: “Se puede dar un mejoramiento en el nivel de discusión de los proyectos de ley que hasta ahora fue nulo. Sea Lasso o Moreno, el Ejecutivo va a tener que negociar más con la legislatura... Esto implica que el papel del Ministerio de Gobierno, que ahora se lo redujo a una secretaría, será fundamental”.
Teodoro Verdugo Silva, profesor investigador de la Universidad de Cuenca con un PhD en Ciencia Política, afirma que la materialización del plan de gobierno sería más factible para Moreno: “La toma de decisiones son más rápidas si es que hay un gobierno unificado, es decir, que el mismo partido político domina el Legislativo y el Ejecutivo. Si es que hay gobierno dividido, las decisiones se vuelven más lentas, pero se pueden hacer probablemente de manera más democrática y se puede, entre otras cuestiones, poner en marcha procesos de fiscalización más claros”.
El escenario para Lasso sería más tortuoso según los resultados parciales. Para Simón Pachano, profesor investigador de la Flacso, esto no es nuevo: “Lasso tendría problemas como han tenido la mayor parte de gobiernos del Ecuador, ningún gobierno antes de Correa tuvo mayoría en el Congreso..., entonces va a ser una situación similar a la de aquellos tiempos en que sobre todo el Congreso tendía a bloquear las iniciativas del Ejecutivo”, dice.
Entre las propuestas de Guillermo Lasso está la derogatoria de leyes orgánicas, como la de Comunicación, y la desaparición de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación y del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, para lo que se necesita, al menos, mayoría absoluta en la Asamblea. Para Pachano, al opositor le quedan las opciones de convocar a consulta popular y la herramienta de la misma muerte cruzada: “O la posibilidad de que se den los camisetazos... Esto va a depender de lo que suceda con las denuncias de corrupción y lo que pase dentro del propio AP con sus diversas tendencias, si van a seguir unidos o no”.
Basabe vaticina una situación compleja sin una reforma constitucional más integral: “Cambios de fondo es muy complicado por la vía de la consulta. El problema es que todo es una cadena, si eliminas el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, eso implica otras reformas constitucionales en otros artículos para devolver a la Legislatura su capacidad de escoger al fiscal, por ejemplo”, añade.
Además de que el trámite de leyes le sería más amigable a Moreno de acuerdo con los resultados parciales, Patricia de la Torre, doctora en Sociología Política de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, afirma que el oficialismo tendrá que manejarse estrictamente con su bloque: “La línea de la militancia de AP es muy directa y en caso de que alguno no concuerde simplemente entra el comité de ética y les agradece por haber colaborado, eso ha ocurrido y seguirá”, dice.