"Fernando viajaba constantemente a Cañete para visitar a su padre y como periodista comenzó a investigar el sicariato en su ciudad natal", señaló Caretas, la revista para la que trabajaba.
Lima. El joven periodista peruano Fernando Raymondi, asesinado el domingo pasado en un aparente asalto, investigaba casos de sicariato en la ciudad de San Vicente de Cañete, informó hoy la revista Caretas, para la que trabajaba.
"Fernando viajaba constantemente a Cañete para visitar a su padre y como periodista comenzó a investigar el sicariato en su ciudad natal", señaló la revista en su página web, donde también reprodujo una serie de mensajes en Twitter de periodistas que piden investigar si su muerte estuvo vinculada con esa investigación.
Caretas remarcó que el sicariato en Cañete, una ciudad a 148 kilómetros al norte de Lima, es "una problemática que cobró últimamente la vida de tres obreros de construcción civil, una abogada y el año pasado a por lo menos 12 ó 13 personas más."
Sin embargo, el director general de la Policía Nacional del Perú (PNP), Jorge Flores Goicochea, declaró hoy que la investigación apunta a un asalto frustrado.
"La hipótesis que maneja la policía no es sicariato, sino un intento de asalto frustrado con consecuente muerte", señaló Flores, quien dijo que un equipo especial de agentes enviado desde Lima investiga el caso "a fondo."
Raymondi, de 21 años, estaba el domingo en la puerta de la tienda de su padre en Cañete cuando unos delincuentes llegaron en motos y, tras reconocer a uno de ellos, le dispararon en el pecho.
El joven iba a terminar en diciembre próximo su carrera en una universidad privada de Lima, pero ya trabajaba en el área de investigación de la revista política Caretas.
"Durante el poco tiempo que trabajó en esta casa editora, Raymondi pasó a formar parte del equipo y demostró tener un gran potencial como hombre de prensa", enfatizó la revista.
En su corta carrera entrevistó a un congresista que alquilaba su casa a un capo mexicano del narcotráfico e hizo una nota sobre el violento desalojo de una vivienda en la región norteña de Cajamarca, que se saldó con la muerte del propietario a manos de policías.