El descontento con el gobierno llevó a los productores a realizar el lunes un acto, pero por el momento no volverán a las fuertes protestas. "El cese de comercialización no aparece en el corto plazo", dijo el líder de una de las mayores entidades rurales.
Buenos Aires. El sector agropecuario argentino pide cambios rotundos en la política sectorial, pero no prevé hacer huelgas comerciales contra el gobierno en el corto plazo, como las que paralizaron al mercado en 2008, dijo el jueves el líder de una de las mayores entidades rurales del país.
El prolongado descontento con la administración de Cristina Fernández llevó a los productores a realizar el lunes un acto contra las políticas sectoriales oficiales, pero pese a la tensión creciente, por el momento no volverán a las fuertes protestas.
"El cese de comercialización no aparece en el corto plazo, no está entre las urgencias de los productores ni es una demanda en las asambleas (de agricultores)", señaló Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina, en el marco del Foro de Reuters sobre Inversión en América Latina.
"Si el malhumor reina, si la crispación continúa, si sigue siendo ésta la lógica (del gobierno), el segundo semestre del año se presenta complicado, porque además en esta etapa del año es cuando el productor debe gastar", agregó Buzzi, un pequeño productor de soja de la provincia agraria de Santa Fe.
Los productores agropecuarios de Argentina, uno de los principales exportadores mundiales de alimentos, mantienen desde hace años una difícil relación con la presidenta Fernández por la intervención oficial en los mercados de granos y carnes.
Las protestas de los chacareros en el 2008, con huelgas comerciales y cortes de rutas, se dispararon por un intento del gobierno de subir el impuesto a la exportación de la soja, el principal cultivo del país.
El gobierno fracasó entonces en su iniciativa, pero ante el aumento de los costos de producción, el sector reclama una reducción en las tasas a las exportaciones (llamadas retenciones), que en el caso de la soja es del 35 por ciento.
"En el fondo, el gobierno no modifica la esencia del problema. Mantiene en niveles confiscatorios las retenciones, que estrangulan a los productores de menor escala. Al no cambiar eso, no modifica la matriz del conflicto campo-gobierno", expresó el dirigente.
Buzzi considera que la retención a la soja debería ser del 25% para los agricultores de gran escala y que los pequeños productores no deberían pagar por exportar.
El país espera una cosecha de hasta 54,8 millones de toneladas de soja en la temporada 2009/10 -de acuerdo con la Bolsa de Cereales de Buenos Aires-, una producción récord que calma de forma pasajera los ánimos de los agricultores, según el dirigente.