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Al límite la tensión en Venezuela: jornada de protestas deja un policía muerto y decenas de heridos
Miércoles, Octubre 26, 2016 - 21:47

La última vez que la oposición marchó enardecida desde el este de Caracas hacia Miraflores, la zona de la capital donde se encuentra el palacio presidencial, fue el 11 de abril de 2002. Aquella movilización terminó bajo una lluvia de balas que dejó muertos y dio pie al golpe de Estado contra Hugo Chávez (1999-2013).

Este miércoles, decenas de miles de personas tomaron las calles de Caracas y otras ciudades venezolanas para protestar por la suspensión del proceso plebiscitario cuya meta era someter a voto la revocación del mandato del presidente Nicolás Maduro. En la autopista Francisco Fajardo, que atraviesa la capital, los líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) –la mayor coalición de formaciones opositoras– se dirigieron a sus simpatizantes, disuadiendo a muchos de ellos de dirigirse hasta la sede del gobierno.

La última vez que la oposición marchó enardecida desde el este de Caracas hacia Miraflores, la zona de la capital donde se encuentra el palacio presidencial, fue el 11 de abril de 2002. Aquella movilización terminó bajo una lluvia de balas que dejó muertos y dio pie al golpe de Estado contra Hugo Chávez (1999-2013), un episodio que sigue siendo objeto de acalorados debates. No obstante, este 26 de octubre se oyó a manifestantes gritar en coro: “¡No tenemos miedo!” y “¡Si ustedes no van, vamos nosotros!”.

Muchos de los presentes lanzaron un rotundo “¡No!” cuando el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús “Chúo” Torrealba, hizo alusión al diálogo que la Unasur y el Vaticano buscan propiciar entre los dirigentes opositores y el oficialismo. El Torrealba señaló que la protesta contra el abuso de poder del Ejecutivo y los poderes alineados con él también podía ser llevada a una mesa de negociaciones. La audiencia respondió coreando: “¡Hoy es el día, el pueblo está en la calle!”, “¡Ni un día más!”, “¡No al diálogo!” y “¡Miraflores!”.

Sí a la huelga y al juicio, no al diálogo. Los ánimos se fueron calmando cuando el gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, y el presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup, articularon sus discursos. Aunque ellos alegaron comprender los motivos de la masiva indignación y el deseo de acelerar la salida de Maduro, volvieron a advertir que el gobierno saldría beneficiado si los partidos opositores o sus seguidores incurren en actos de violencia política o en cualquier otra práctica reñida con la Constitución o el comportamiento pacífico y democrático.

Torrealba convocó a una huelga general de doce horas para este viernes, “en protesta por la violación al derecho al voto”. Capriles Radonski subrayó que la MUD no asistiría a la instalación de una mesa de diálogo con el gobierno pautada para el próximo domingo en Isla Margarita. Y Ramos Allup insistió en que la Asamblea Nacional determinaría la responsabilidad política de Maduro en la ruptura del orden constitucional que significó la suspensión del proceso para celebrar el plebiscito revocatorio.

Capriles Radonski y Ramos Allup sostuvieron que marchas como las de este miércoles –denominadas “la Toma de Venezuela”– se repetirían el 3 de noviembre. Atendiendo al clamor de los presentes, fijaron para esa fecha una movilización hasta el palacio de gobierno. En otras partes del país, las manifestaciones se vieron ensombrecidas por agresiones y arrestos que, según la organización defensora de derechos humanos Foro Penal Venezolano, dejaron 20 lesionados y 39 detenidos. El abogado Alfredo Romero, vocero del grupo, informó que en el estado occidental de Zulia hubo tres heridos de bala y en Mérida, diez.

Autores

Deutsche Welle