Ex presidentes latinoamericanos acusan al gobierno venezolano de abusar de su poder para neutralizar a opositores populares de cara a los comicios legislativos de diciembre. También la UE tiene a Caracas en la mira.
En Venezuela y a su alrededor tiene lugar un forcejeo político sin precedentes desde 1999, cuando Hugo Chávez ascendió a la presidencia del país y sentó las bases de la “revolución bolivariana”. Según los pronósticos de la encuestadora local Datanálisis, el viento soplará a favor de la oposición en los comicios parlamentarios del próximo 6 de diciembre, poniendo en sus manos 40,1% de las curules de la Asamblea Nacional. Los sondeos de opinión apuntan a que los diputados oficialistas ocuparán apenas 21,3% de los puestos.
Otras estadísticas sugieren que sólo un cuarto de la población aprueba la gestión de Nicolás Maduro, sucesor de “el Comandante” en la jefatura del Estado y en el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), y eso no ayuda a los candidatos del chavismo. Pero estas encuestas no garantizan que la oposición tenga todas las de ganar. Algunas de sus figuras más populares están en prisión, en el exilio o inhabilitadas políticamente. Esta misma semana se les prohibió ejercer cargos públicos durante un año a dos de sus dirigentes.
Pugna política interna. Ese es el caso de Vincenzo “Enzo” Scarano, exalcalde del municipio San Diego, estado Carabobo, y de María Corina Machado, líder de la asociación Vente Venezuela. La acción de la Contraloría contra Machado es la que más ha llamado la atención por el alto perfil de esta ingeniera de 47 años y por la recurrencia con que el estamento chavista ha intentado neutralizarla políticamente. “Muchos dan por sentado que su candidatura a la Asamblea Nacional persuadiría a los opositores más desencantados de ir a las urnas”, comenta Víctor Mijares.
“Machado sería la candidata por antonomasia de los antichavistas acérrimos, muchos de los cuales no quieren votar porque consideran que el Consejo Nacional Electoral está controlado por completo por el PSUV y que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición de los partidos opositores, se ha vuelto complaciente de cara al régimen de Maduro. Eso explicaría el interés del Gobierno en evitar que Machado opte por un puesto en el Parlamento”, explica este politólogo del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA).
Presión diplomática externa. Este 16 de julio, en una carta dirigida a la presidencia del Mercosur, los exmandatarios Andrés Pastrana (Colombia) y Jorge Quiroga (Bolivia) acusaron al Ejecutivo de Maduro de entorpecer el proceso de postulación de candidatos de la oposición. Ese mismo día, una delegación del Parlamento Europeo debía viajar a Caracas para reunirse con portavoces del Gobierno, de la oposición y de la sociedad civil venezolana; pero la misión fue cancelada por lo que el eurodiputado español Fernando Maura describe a DW como falta de disposición diplomática.
“En lo que va de legislatura, el Parlamento Europeo ha emitido dos resoluciones en donde se propone que busquemos contacto directo con los actores políticos de Venezuela. Lo que ocurre es que no todos los grupos parlamentarios involucrados en el proyecto tienen la misma determinación para cumplir con esas resoluciones”, dice Maura, un político independiente liberal, en alusión a las presiones ejercidas por partidos conservadores y de izquierda para que se pospusiera el viaje al país latinoamericano.
Los eurodiputados nunca recibieron visado diplomático de la embajada de Venezuela y el presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz, no recibió respuesta alguna de su homólogo venezolano, Diosdado Cabello. Maura supone que algunos de sus colegas temían terminar siendo acosados por acólitos del chavismo, como lo fueron los senadores brasileños que volaron a Caracas para visitar al líder opositor venezolano Leopoldo López en la cárcel de Ramo Verde.
No obstante, insiste Maura, “la función política de estas delegaciones parlamentarias nos exige volar a países con problemas aún cuando las circunstancias no sean las más gratas. La visita a Venezuela se pospuso hasta septiembre, pero no creo que las condiciones vayan a ser más propicias de aquí a dos meses”.