En medio de una grave crisis económica, el peronista Fernández obtuvo una diferencia de casi 20 puntos porcentuales sobre el liberal Macri en las primarias de agosto, una distancia que podría repetirse este domingo según la mayoría de las encuestadoras de Argentina.
Buenos Aires. El candidato opositor Alberto Fernández, favorito para ganar las elecciones presidenciales del domingo, y el mandatario Mauricio Macri cerraron este jueves sus campañas electorales en busca de los votos que puedan decidir un comicio que se prevé muy polarizado.
En medio de una grave crisis económica, el peronista Fernández obtuvo una diferencia de casi 20 puntos porcentuales sobre el liberal Macri en las primarias de agosto, una distancia que podría repetirse según la mayoría de las encuestadoras de Argentina.
"Desde el primer día vamos a ocuparnos de sacar del lugar en el que han quedado los cinco millones de pobres que Macri ha dejado", dijo Fernández ante una multitud en el balneario de Mar del Plata, donde estuvo acompañado por la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, candidata a la vicepresidencia.
En busca de revertir la diferencia, Macri inició un ciclo hiperactivo de su campaña hace un mes, con actos diarios en los que buscó levantar el ánimo de sus seguidores, alicaído tras el mal desempeño en las primarias.
El jueves, Macri cerraba su campaña electoral en la provincia de Córdoba, el segundo distrito electoral del país y uno de los pocos bastiones que le han quedado.
Antes, realizó un llamado por las redes sociales -que son su fuerte proselitista histórico- para que sus seguidores publiquen su foto con el eslogan "Sí, se puede".
Las chances de ser reelecto del mandatario se derrumbaron con la crisis económica que comenzó el año pasado, que llevó la inflación a más del 50% anual, la pobreza a casi el 40% y a una recesión.
Fernández es proclive a una mayor intervención estatal para impulsar el mercado doméstico y hacer crecer la actividad. El candidato de la centroizquierda peronista suele defender la gestión de Néstor Kirchner, durante la que la economía creció robustamente con superávit fiscal y reducción de la pobreza.
Si se repiten las cifras de las primarias, Fernández se consagrará presidente sin necesidad de una segunda vuelta, a la que se llegará si ninguno de los dos candidatos supera el 45% de los votos o el 40% y una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo.