Los alemanes esperan que Gauck, una importante figura de las protestas pacíficas que llevaron a la caída del Muro de Berlín en 1989, pueda restaurar la dignidad de la presidencia, manchada por los escándalos financieros que hicieron caer a su predecesor Christian Wulff.
Berlín. Los parlamentarios alemanes eligieron el domingo con una amplia mayoría a Joachim Gauck, un ex pastor luterano y activista de derechos humanos de la Alemania Oriental comunista, lo que podría convertirse en un dolor de cabeza para la canciller Angela Merkel.
Gauck, de 72 años, ganó 991 votos en la asamblea federal, que comprende a legisladores nacionales y regionales y que se encarga de elegir al presidente, un cargo ceremonial en Alemania. Su principal rival, la ex cazadora de nazis y periodista Beate Klarsfeld, obtuvo 126 votos.
Los alemanes esperan que Gauck, una importante figura de las protestas pacíficas que llevaron a la caída del Muro de Berlín en 1989, pueda restaurar la dignidad de la presidencia, manchada por los escándalos financieros que hicieron caer a su predecesor Christian Wulff.
"Puedo prometer una cosa, que diré que sí con toda mi fuerza y corazón a la responsabilidad que me han delegado hoy", dijo Gauck a los legisladores tras tomar el juramento del cargo.
Su victoria nunca estuvo en duda después de que todos los principales partidos políticos, incluyendo a los demócrata cristianos de centro derecha de Merkel, apoyaran su candidatura.
Sin embargo, el resuelto teólogo podría ser un socio incómodo para Merkel, pese a que como simbólico jefe de Estado no representa una amenaza para su dominio de la política alemana.
Merkel sólo aceptó renuentemente a Gauck para el cargo, luego de que sus aliados liberales de coalición, los demócratas libres, se unieran a los partidos de oposición el mes pasado para apoyarlo y reemplazar a Wulff.
"El nuevo presidente polarizará la república con sus visiones sobre la libertad", dijo el semanario Der Spiegel en un artículo que esbozaba el profundo nexo del ex pastor con la causa de la libertad individual.
"A diferencia de su predecesor, Gauck no pretende doblegarse a las convenciones políticas. Por lo tanto, inevitablemente se convertirá en un antagonista de la canciller", dijo Spiegel.
A diferencia de Wulff, un ex legislador del CDU, Gauck no posee afiliación partidista. Pero es conocido por decir lo que piensa con la elocuencia de un orador respecto a asuntos polémicos.
El 80% de los alemanes confía en Gauck, según un sondeo de opinión de Infratest publicado el sábado, aunque dos tercios reconoció que pensaba que sería un presidente "incómodo" para los partidos políticos del país.
El jefe de Estado alemán tiene poco poder ejecutivo y se supone que debe brindar liderazgo moral, un rol para el que Gauck, una importante figura en el movimiento de protestas pacíficas que llevaron a la caída del Muro de Berlín en 1989, parece adecuado.