En primer lugar se incorporarán técnicas de baja complejidad en casi todas las instituciones.
La ministra de Salud, Susana Muñiz, precisó que la ley de reproducción asistida se aplicará por etapas en Uruguay debido al alto costo que implicará para el Estado.
En una primera fase las instituciones del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) ofrecerán técnicas de baja complejidad (inseminación artificial y medicación para relaciones sexuales programadas) y solo en algunas excepciones brindarán las de alta complejidad (esencialmente, fertilización in vitro).
Esta definición surge del proceso de reglamentación de la ley, que el ministerio de Salud Pública (MSP) inició en diciembre y deberá concluir a principios de marzo.
La histórica ley se aprobó sin que durante el debate parlamentario –que llevó unos veinte años– se hiciera una estimación de los costos inherentes a convertir las técnicas de reproducción asistida en prestaciones accesibles para todos los uruguayos con dificultades para concebir. El cálculo se postergó y no se consideró en la redacción de la ley.
En Uruguay se hacen unas 600 fertilizaciones in vitro por año, con un costo promedio de US$6.000 cada una (aunque cuando tiene especificaciones llega a valer US$12.000). Algunas mujeres pueden hacerse más de una fertilización.
La experiencia internacional indica que cuando estas técnicas dejan de ser costodependientes, la demanda se triplica, lo que significa que habrá -como mínimo- 1.800 solicitudes de fertilización in vitro por año cuando empiece a regir la ley.
En tanto, se hacen unas 3.400 inseminaciones artificiales por año con un costo de US$600 cada una. Cubrir esta demanda cuesta poco más de US$2.000. Si bien es una técnica más accesible que la fertilización in vitro, seguramente con la ley también la soliciten más pacientes que antes.
“No van a aparecer todas las prestaciones de una para todo el mundo. Pero se va a dar un cronograma en el que se fijará con qué población se empieza y cuáles serán los criterios de prioridad”, afirmó Muñiz. Y agregó: “Nos comprometimos; esto va a salir”.
Se hará una inclusión progresiva de las prestaciones pero “con variaciones”. En una primera etapa estarán disponibles las técnicas de baja complejidad, y las de alta complejidad solo en algunas excepciones.
Se tendrá en cuenta a las mujeres que están cerca de los 40 años (límite de edad para recibir las técnicas, de acuerdo a la ley) y a las que estén a medio camino de un proceso de fertilización.