Así lo dijo el expresidente Álvaro Uribe durante su discurso de la Asamblea del partido de La U. Frente a los diálogos de paz, se cuestionó “por qué buscar el diálogo con el terrorismo al costo de descuidar la seguridad”.
Este domingo en la Asamblea del Partido Social de Unidad Nacional, el ex presidente Álvaro Uribe Vélez se refirió durante su discurso al tema de seguridad en el país. Dijo que en los últimos dos años el gobierno ha mostrado mayor interés en dialogar con el terrorismo que en la seguridad. “Parecería ser que los golpes a cabecillas han sido más el fruto de la voluntad de las Fuerzas Armadas que de la determinación política oficial. A la queja ciudadana, hasta hace poco, se le trataba como percepción equivocada”.
El ex mandatario de Colombia aseguró que nunca ha presumido que durante su gobierno se hubiera resuelto de manera definitiva la violencia, “pero la nación consideraba que íbamos por buen camino.
“El diálogo con los colombianos de las grandes ciudades, de municipios y de la ruralidad, me indica que la seguridad se ha deteriorado. Aquí en Bogotá, la FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) ordena a comerciantes acudir a Granada, Meta, para pagar una nueva modalidad de extorsión que el cinismo terrorista denomina “Impuesto de Paz”. Algo parecido le ocurre a pequeños productores de leche del norte de Antioquia, obligados a entregarle al grupo terrorista 20 pesos por litro. El ELN se atreve a expedir certificados de Paz y Salvo, que circulan entre los habitantes de Arauca”, señaló Uribe.
Puntualizó en que “el terrorismo es experto en engañar ante los micrófonos y la televisión. Tratan de esconder el secuestro, delito más visible y escandaloso, y acrecientan la extorsión, delito menos visible, disimulable, y la cobran con explosivos, como periódicamente sucede en Ibagué, Neiva y en el Catatumbo”.
Frente a los diálogos de paz que adelante el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, se cuestionó “por qué buscar el diálogo con el terrorismo al costo de descuidar la seguridad”.
En este sentido, agregó que “ha habido una agenda de construcción de confianza con el terrorismo que ha coincidido con el descuido de la seguridad, (…) se abandonó el proceso de denuncia ante la OEA sobre la existencia de las bases terroristas en Venezuela. En lugar de acusar la complicidad de Chávez con el crimen, se le convirtió en promotor de la paz”.
Se pronunció también por la el fuero militar, indicó que le ha solicitado a los congresistas, que en el nuevo texto, se garantice que el primer conocimiento de la posible conducta criminal, esté a cargo de la Justicia Militar.
“Es necesario que revisen la lista de delitos excluidos para no hacer inoperante la nueva Norma Constitucional. En la construcción de esa agenda de confianza con el terrorismo, se ha llegado al extremo injusto de condicionar al acuerdo con la guerrilla la solución jurídica a integrantes de las fuerzas armadas, presos o investigados, en clara ofensa a su honor”.
Se preguntó por qué aceptar el diálogo sin que el terrorismo cese sus actividades criminales y enfatizó en que mientras la noticia internacional es el diálogo, los colombianos sufren extorsión y explosivos. “El terrorismo asesina soldados y aplica operación pistola para matar policías. La vida de los soldados y policías debe estimarse tanto como la de los civiles”.
Subrayó que una cosa es el terrorismo, “que hemos combatido, y otra la oposición política, cuyas expresiones radicales, en los últimos ocho años, gozaron de plenas y efectivas garantías. Lo que en el momento se ve es que mientras la FARC hace política también asesina, se le permite combinar las formas de lucha, que junto con la debilidad estatal fueron las causas de la extinción de la Unión Patriótica”.