En los próximos meses la atención se centrará en las elecciones en Brasil, la guerra de las drogas en México, la recesión en Venezuela y los conflictos sociales en Perú, entre otros temas.
Buenos Aires. Las elecciones del 2010 en Brasil son un tema clave, ya que la mayor economía de América Latina debe elegir al sucesor del presidente Luiz Inácio da Silva, aunque no es probable que el ganador de los comicios se aleje de las políticas amistosas al mercado puestas en práctica por Lula.
La guerra de las drogas en México continúa inquietando por igual a vecinos e inversionistas, mientras que el presidente electo de Colombia se ha comprometido a mantener las políticas de seguridad y pro negocios puestas en marcha por el presidente Álvaro Uribe. En Perú, los conflictos mineros podrían ser un dolor de cabeza para el presidente Alan García.
Mientras, la tercera mayor economía de la región, Argentina, sigue alejándose del problema de su masivo incumplimiento de pago de deuda y el miembro de la OPEP -Venezuela- está atascado en una recesión con elecciones legislativas programadas para septiembre.
Carrera presidencial en Brasil. La ex jefe de Gabinete del presidente Lula, Dilma Rousseff, es la candidata del oficialista Partido de los Trabajadores para sucederlo en las elecciones de octubre, y para la mayoría de los analistas es la favorita porque cuenta con el respaldo del popular mandatario y será ayudada por la recuperación de la economía. Actualmente supera a su principal rival, José Serra, del centrista partido opositor PSDB. Serra, ex gobernador del estado de Sao Paulo, ha sido lento en poner en marcha su campaña y tuvo que cambiar su escogido como compañero de fórmula para las elecciones tras una agria disputa entre sus aliados políticos.
No se espera que ninguno de los principales aspirantes presidenciales interrumpa las políticas actuales amistosas al mercado que se mantienen vigente en la última década: una moneda de libre flotación en el mercado, control de inflación y disciplina fiscal. Algunos inversionistas prefieren a Serra por la posición centrista de su partido y su experiencia gerencial. Ambos candidatos coinciden en la necesidad de reestructurar el complicado sistema impositivo de Brasil para estimular la inversión, pero no han entregado muchos detalles.
Guerra de drogas en México y recuperación económica. La campaña del presidente Felipe Calderón contra los narcotraficantes ha visto el éxito, pero las guerras entre los cárteles de la droga se han salido de control y más de 25.000 personas han muerto en violencia vinculada a las drogas desde que llegó al poder a fines de 2006.
Presuntos sicarios mataron a un candidato a la gobernación del estado de Tamaulipas en junio, el crimen político de mayor envergadura por parte de las bandas de narcotraficantes. El ataque golpeó al peso y los analistas advierten que una escalada de los crímenes contra políticos podría desatar una liquidación de la moneda. Algunas compañías extranjeras ya están reconsiderando sus planes de inversión en México.
El repunte de las exportaciones a Estados Unidos está ayudando a la recuperación de la economía mexicana, pero el consumo sigue siendo débil. Reformas económicas lentas y un declive en la producción de petróleo, también representan riesgos para las calificaciones de la deuda mexicana. Los inversores quieren que México apruebe más reformas para fortalecer su débil recaudación de impuestos, que se suavicen las leyes laborales y que se permita una mayor inversión extranjera en el sector petrolero que controla el Estado.
Colombia bajo Santos. El ex ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, ganó por abrumadora mayoría la segunda vuelta electoral en junio para suceder al presidente Álvaro Uribe, y tomará posesión en agosto con un fuerte mandato y una posición sólida en el Congreso. El nuevo gobierno ha prometido mantener la línea dura de Uribe contra la guerrilla de las FARC y políticas pro negocios. Pero Santos enfrenta serios desafíos, incluyendo cómo administrar un déficit fiscal, una de las tasas de desempleo más altas de la región y un auge en la inversión petrolera y minera que podría generar una fuerte alza del peso. Estos temas se incluyen entre las barreras que impiden que Colombia obtenga calificación de grado de inversión.
La violencia por la vieja guerra del país ha disminuido, pero las guerrillas de las FARC siguen siendo una fuerza y el repunte de nuevas milicias representa una creciente amenaza. A medida que se recupera la economía del país, Santos debe también manejar las incómodas relaciones con sus vecinos andinos en Venezuela y Ecuador. Una disputa comercial con Venezuela dificulta la recuperación económica.
Conflicto social de Perú. Los trabajadores en la industria minera de Perú han abandonado sus labores en protesta en algunas minas este año y han amenazado con declarar una huelga a nivel nacional para presionar al presidente Alan García a que firme leyes que mejoren los beneficios. También han reclamando a las compañías por minimizar sus ganancias para reducir la participación de ganancias que se reparte a los trabajadores.
Conflictos sociales en torno a los recursos naturales podrían complicar la gestión de García, ya que un tercio de los peruanos vive en pobreza y muchos quedaron por fuera del auge de las materias primas que en la última década encendió el crecimiento. La oficina del defensor del pueblo dice que más de 100 comunidades se han movilizado para paralizar los grandes proyectos mineros y petroleros y han acusado al Gobierno de fracasar en los intentos de una mediación. Cientos de millones de dólares en gasto de capital se han retrasado.
El esfuerzo de García por atraer inversionistas extranjeros para desarrollar nuevas minas en Perú ha molestado a grupos ambientalistas y de indígenas, que cada vez son más agresivos. Choques fatales se registraron varias veces el año pasado y hay poca evidencia de que las tensiones se aliviarán a medidas que la economía recupera fuerza.
Administración de deuda argentina. Argentina ha comenzado a despejar el daño causado por su masivo incumplimiento de deuda en 2002 y a atraer de nuevo a inversores a medida que la presidenta Cristina Fernández impulsa el crecimiento económico antes de las elecciones presidenciales del próximo año.
La presidenta enfrenta fuertes obligaciones de deuda pero probablemente mantenga el gasto antes de las elecciones, incluso si la inflación supera 20%. Fernández ganó una batalla para usar las reservas del Banco Central para pagar deuda y el Gobierno recién terminó una reestructuración de la deuda impaga por más de US$18.000 millones, en un esfuerzo por recuperar el acceso a los mercados internacionales de capital. Pero el plan argentino de emitir un nuevo bono global ha tenido problemas por la volatilidad de los mercados mundiales. Demandas judiciales de los acreedores de bonos impagos, conocidos como "holdouts", también impiden que Argentina acuda a los mercados de capital.
Fernández perdió el control de ambas cámaras del Congreso en las elecciones de medio término el año pasado, pero hasta ahora la oposición no ha logrado formar un frente unido en contra del Gobierno. Los niveles de aprobación de Fernández oscilan en cerca de 20% tras la derrota electoral del año pasado, pero una recuperación de la economía ha impulsado su popularidad en hasta 10 puntos porcentuales en los últimos meses, dicen los encuestadores. Señales de un repunte sostenido en la popularidad fortalecerían las probabilidades de que el ex presidente Néstor Kirchner pueda regresar a la presidencia en las elecciones de 2011.
Recesión en Venezuela. La economía venezolana dependiente del petróleo probablemente se mantenga en recesión por segundo año mientras que la inflación sigue entre las más altas del mundo. El gobierno socialista del presidente Hugo Chávez ahora se ocupa de las operaciones cambiarias, en un esfuerzo por controlar el bolívar, pero las presiones inflacionarias probablemente continuarán. Chávez ha arremetido contra el sector privado, al cual acusa de especulación y ya ha nacionalizado grandes segmentos de la economía, desde el petróleo a las comunicaciones.
Pero la fortuna fiscal del país depende principalmente de los precios del petróleo y de la producción de crudo del miembro de la OPEP. La producción ya está bajo presión por una vieja infraestructura. Una licitación recaudó miles de millones de dólares en inversiones, pero pasará tiempo antes de que la nueva producción pueda rendir frutos.
Chávez va a elecciones legislativas en septiembre y la oposición espera avanzar lo bastante para bloquear la mayoría que tiene el mandatario en la Asamblea Nacional, después de que su popularidad fue afectada por la recesión y un racionamiento de agua y electricidad.
Sin embargo, se mantiene como el líder más popular del país y podría intensificar la retórica contra sus oponentes en el camino hacia las elecciones. Otro factor serán las volátiles relaciones de Venezuela con Colombia, donde Chávez ha sostenido enfrentamientos verbales con el presidente electo Juan Manuel Santos. Pero Chávez ha avanzado para aliviar las tensiones con Washington, enviado a su ministro de Petróleos a una cumbre en Estados Unidos en abril. Pero eso podría cambiar al acercarse las elecciones.