Además de los aviones F-5, las escuadras A-37 y T-27 urgen de la intervención del Estado.
El espacio aéreo hondureño se encuentra vulnerable debido al mal estado no solo de los aviones F-5 sino también del resto de las aeronaves de combate que tiene el país.
En los últimos años, los hangares de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) prácticamente se han convertido en espacios para aviones en desuso que cumplieron su vida útil y que requieren una pronta intervención.
Ese es el caso de la flota de aviones de ataque y reconocimiento A-37, que han dejado de sobrevolar los cielos hondureños producto de la antigüedad y de la falta de un proceso de mantenimiento oportuno.
La FAH tiene al menos 12 aviones de combate Cessna A-37, de los cuales apenas tres se encuentran en condiciones operables, pero casi no son utilizados debido al alto costo que representa su mantenimiento. Lo mismo ocurre con la escuadra de aviones de reconocimiento y entrenamiento Tucano T-27, que fueron adquiridos en la década de los 80 con la compañía brasileña Embraer y que han servido para preparar a decenas de pilotos hondureños.
En total, el país tiene 10 de estas aeronaves, que también han sido utilizadas por la Fuerza Aérea Hondureña para hacerle frente a las actividades del narcotráfico.
“Yo creo que en general la flota aérea hondureña ha entrado en una etapa de crisis, por lo cual se debe trabajar en proyectos de recuperación pero con base en las prioridades”, dijo a EL HERALDO un ex comandante de la FAH que prefirió no ser citado.
Flota. Además de los aviones de combate, el país tiene una variedad de aeronaves y helicópteros en malas condiciones que han venido siendo utilizadas para misiones de socorro y transporte de personas. Entre estas figuran aeronaves Cessna 182, Casa C-101, Cessna 310, C-130 Hércules, IAI Arava y helicópteros Bell 412 y UH-1, entre otras aeronaves.
Cabe señalar que el mal estado de las aeronaves de la FAH es tal que el propio presidente de la República ha declinado en continuar utilizando el avión presidencial West Wind, que debido a su antigüedad enfrenta un problema de presurización.
Esta falla impide que la aeronave mantenga en las alturas la presión atmosférica en niveles normales para las personas que se transportan en la misma.
El titular del Ejecutivo también descontinuó el uso del helicóptero presidencial, que en más de una ocasión fue aterrizado de emergencia durante el mandato del exgobernante Porfirio Lobo.
Bloqueo. El mal estado de las aeronaves hondureñas ha obligado a los últimos dos gobiernos a buscar ayuda en Brasil, Israel y Taiwán, tres naciones que han mostrado interés en asistir al país a recuperar sus aviones militares.
Meses atrás, Brasil anunció que existe un convenio que permitiría a Honduras acceder a unos 50 millones de lempiras para la recuperación de la flota aérea que se encuentra en malas condiciones, pero dicha iniciativa no ha avanzado.
El pasado lunes, EL HERALDO reveló en exclusiva que el gobierno de los Estados Unidos obstruye la reparación de la flota de los aviones F-5, al no autorizar que esas naves salgan del territorio nacional.
La FAH tiene nueve aviones F-5, de los cuales de tres a cuatro se encuentran en condiciones operables y el resto requieren ser repotenciados y actualizados para poder operar. “Nosotros tenemos un total de nueve aviones F-5, tenemos cuatro que están en funcionamiento y habría que recuperar cinco porque es un avión que muchos países todavía están recuperando y vale la pena mantenerlo en línea de vuelo”, explicó el excomandante a EL HERALDO.
Honduras recibió 10 aviones F-5E y dos F-5F de Estados Unidos a finales de la década de los 80 como parte del programa de asistencia militar. De estos, entre dos y tres se han accidentado. El convenio con Estados Unidos establece que si Honduras pretende exportar los aviones para su restauración antes se debe tener la autorización de Estados Unidos, pero esa nación se ha negado a dar su aval. El gobierno de Honduras busca repotenciar la flota aérea para hacerle frente al narcotráfico luego de que Estados Unidos suspendiera al país la ayuda de radar ante la aprobación de la Ley de Protección del Espacio Aérea que permite el derribo de aeronaves.