Cuba ha apostado su bienestar económico al éxito -y generosidad- de la autodeclarada revolución socialista de Chávez, tal como lo hacía con un benefactor anterior: la Unión Soviética.
La Habana. Mientras el presidente venezolano Hugo Chávez se recupera en La Habana de su cuarta operación contra el cáncer, los cubanos renuevan los temores sobre el futuro económico de la isla si el principal aliado del país muere o debe dar un paso al costado.
Cuba ha apostado su bienestar económico al éxito -y generosidad- de la autodeclarada revolución socialista de Chávez, tal como lo hacía con un benefactor anterior: la Unión Soviética.
Los cubanos recuerdan la gran depresión de la década de 1990 que siguió a la desaparición del bloque socialista y temen que la isla caiga en penurias similares si Chávez pierde la batalla contra el cáncer.
En la década de 1990, los cubanos sufrieron un escasez grave de alimentos, bienes de consumo y petróleo. Apagones prolongados hacían miserable la vida diaria en lo que el Gobierno denominó el "período especial".
"Recuerdo aquellos días: ni electricidad, ni comida, ni transporte, nada de nada. Era para volverse loco. Esa situación no puede volver", comentó Domingo García, un hombre que conoce varios oficios, en comentarios en La Habana.
Otra cubana que dijo llamarse Marlén Pérez y ser operadora del monopolio estatal de comunicaciones contó: "Tuve que ir en bicicleta a trabajar y ahora yo estoy demasiado vieja para eso".
La gravedad de la condición de Chávez se hizo evidente cuando, antes de regresar a Cuba para ser operado la semana pasada, nombró a su vicepresidente y ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, como su sucesor preferente en caso de que no pudiera seguir dirigiendo el país.
En octubre, entre dos episodios de cáncer, Chávez ganó la reelección para un nuevo período de seis años en la presidencia de Venezuela. Pero si tuviera que dimitir en los primeros cuatro años de su nuevo mandato, la Constitución establece que se debe realizar una nueva elección en un plazo de 30 días.
En un país que está polarizado políticamente y donde los detractores de Chávez no esconden su desdén por Cuba, una eventual victoria de la oposición tendría consecuencias enormes para la isla, que está fuertemente endeudada y que depende de los lucrativos acuerdos de intercambio con Venezuela como el de servicios médicos por petróleo.
Un economista advirtió que en el caso de que una pérdida de apoyo de Venezuela fuera a desestabilizar a la economía cubana, provocando una nueva ronda de escasez grave, podrían producirse brotes de disturbios sociales.
"Si se quitan las condiciones preferenciales para nuestro petróleo y los miles de millones de dólares para nuestros servicios, no hay dudas de que estaríamos en problemas muy graves", dijo un economista que requirió el anonimato.
"Dudo que mucha gente se ponga al día con otra crisis, aún si fuera una etapa tan mala como la anterior. Habría serios disturbios", apuntó.
El Gobierno de Chávez ofrece ayuda económica a sus aliados en toda América Latina, pero Cuba es su mayor beneficiaria. Un 60 por ciento de las necesidades energéticas de la isla son cubiertas por petróleo venezolano en términos preferenciales.
Antes de la reelección de Chávez, el candidato de la oposición Henrique Capriles dejó en claro que si él llegaba a la presidencia, pondría fin a la entrega de petróleo a Cuba y a otros países a precios rebajados o en acuerdos de intercambio.
Capriles, quien obtuvo un poco menos del 45 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales de octubre, es muy probable que sea el candidato de la oposición si Chávez muere o tiene que renunciar.
Aunque un cambio de Gobierno en Venezuela claramente sería malo para Cuba, es improbable que Capriles rompa con todos los lazos.
"Es potencialmente un duro golpe, pero es poco probable que toda la relación con Venezuela termine porque la oposición ha dicho que continuará pagando por el personal médico cubano", dijo Phil Peters, un analista en el tema de Cuba del Instituto Lexington, con sede en Virginia, Estados Unidos.
"Incluso una fuerte caída en los ingresos procedentes de Venezuela no sería tan grave como la pérdida de apoyo del bloque soviético. Cuba se encuentra en una mejor posición internacional en la actualidad", explicó.
En 1998, poco después de que Chávez ganara las elecciones presidenciales por primera vez, Fidel Castro designó al joven y fogoso líder como su sucesor revolucionario en Latinoamérica.
Los dos hombres han llegado a ser amigos cercanos. Como presidente del rico productor de petróleo, Chávez demostró ser una aliado vital para Cuba, que por medio siglo ha soportado un embargo impuesto por Estados Unidos.
Hoy, los peores horrores del "período especial" son sólo recuerdos dolorosos.
Raúl Castro, quien reemplazó a su hermano en La presidencia de Cuba en el 2008, ha fortalecido las relaciones con Venezuela, mientras forja vínculos más cercanos con otros productores petroleros como Brasil, Angola, Argelia y Rusia.
A lo largo de los años, Cuba y Venezuela han formado más de 30 emprendimientos conjuntos, la mayor parte de los cuales tiene base en Caracas.
Las iniciativas cubren desde flotas de pesca hasta reparación de puertos y vías férreas; hoteles; producción agrícola, de níquel y de acero; además de prácticamente toda la industria del refinación, venta y distribución de petróleo de Cuba.
En el 2011, el valor del comercio con Venezuela representó 8.300 millones de dólares de los 20.000 millones de dólares que registró Cuba en sus compras y ventas al exterior.
Venezuela le paga a Cuba unos 6.000 millones de dólares o más al año por los servicios de 40.000 médicos, enfermeras y otros profesionales, según economistas locales. El monto equivale a un 60 por ciento de las divisas que recibe la isla por concepto de servicios.
Los bancos venezolanos otorgan créditos blandos para decenas de proyectos de desarrollo en toda la isla.
"El apoyo de Venezuela a Cuba reduce el riesgo de la inversión y el comercio con el país", dijo un banquero extranjero que pidió mantenerse en el anonimato.
La mayoría de los economistas cubanos apunta que en los últimos 20 años la economía se ha vuelto más diversificada con el desarrollo del turismo, de la industria farmacéutica y con una mayor producción de petróleo y níquel. Pero afirman que siguen dependiendo en demasía de Venezuela por comodidad.
Muchos cubanos esperan que si Chávez no puede continuar, Maduro gane la elección y asegure la continuidad del apoyo venezolano a la isla, pero la sola posibilidad de un cambio radical es angustiante.
"Si no puede continuar al frente de Venezuela, la situación se puede tornar difícil", dijo García.
"Confío en que todo se mantenga como hasta ahora, porque si volvemos a una situación similar a la caída de la Unión Soviética, va a ser horrible", agregó.
Desde que asumió, Raúl Castro inició un proceso de reformas en la economía estatal de la isla y ha flexibilizado varias regulaciones de la vida diaria, permitiéndole a las personas comprar y vender propiedades, la posesión de teléfonos móviles y la posibilidad de viajar fuera de Cuba.
La generosidad económica de Venezuela ha ayudado a paliar el dolor económico de abandonar un quebrado sistema paternalista cubano y migrar hacia un modelo menos centralizado y más orientado al mercado.
Sin importar lo que ocurra ahora, la mayoría de los expertos concuerda en que, mientras el hombre en el que los cubanos habían depositado sus esperanzas se debilita, tendrá que acelerarse el ritmo de la reforma y de la apertura de Cuba a la inversión extranjera.
"El viejo modelo económico comenzó a decaer con el creciente papel de Raúl Castro y las reformas prácticas", dijo Mauricio Font, director del Bildner Center for Western Hemisphere Studies en Nueva York.
"En igualdad de condiciones, una pérdida sustancial de la ayuda venezolana, podría hacer más clara a los cubanos la urgencia de un cambio estructural", explicó.