Algunos expertos consideran que cada hora que Maduro pasa en el Palacio de Miraflores es una victoria para el régimen.
Caracas.- Analistas politicos consideran que los líderes de la oposición venezolana y sus aliados internacionales estimaron que el intento por llevar la urgente ayuda humanitaria al país provocaría el colapso del régimen autoritario de Maduro.
Lamentablemente, su apuesta no dio sus frutos. Las fuerzas de seguridad y paramilitares incendiaron camiones de ayuda y abrieron fuego contra partidarios de la oposición, matando al menos a ocho personas e hiriendo a varios cientos, incluso mientras el presidente Nicolás Maduro bailaba en Caracas.
El régimen dejó claro que está dispuesto y es capaz de usar armas contra sus oponentes que no pueden y no responden de la misma manera.
Eso abre un dilema entre los partidarios de una transición pacífica hacia la democracia en Venezuela.
No fue casualidad que el líder opositor y presidente interino nombrado por la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien además ha sido reconocido por más de 50 países como el legítimo mandatario de Venezuela, reaccionara frente a lo ocurrido este sábado, a través de una insinuación sobre un eventual llamado a las naciones que lo apoyan a considerar el uso de la fuerza contra el régimen de Maduro.
El propio gobierno de Trump parece reconocer que una intervención militar sigue siendo una mala opción, aunque insiste en que la posibilidad está sobre la mesa. También va un paso atrás de la postura de Colombia, país que ha encabezado la campaña internacional en contra de Maduro.
Una intervención militar en Venezuela agravaría la relación con Colombia, rota diplomáticamente, pero vinculada por millones de venezolanos que viven en la nación que preside Iván Duque. Hay que recordar que Venezuela está invadido por bandas armadas, narcotraficantes y grupos guerrilleros colombianos.
La estrategia correcta es la que ha venido haciendo la oposición y las naciones aliadas: convencer a miembros del ejército de Maduro para que le den la espalda.
Durante su discurso en la reunión de ministros de Relaciones Exteriores en Bogotá del Grupo de Lima, el vicepresidente Pence nuevamente prometió a los oficiales venezolanos que podrían recibir una amnistía en caso de que decidan pasarse del lado de Guaidó.
Hasta el momento, dijo, casi 200 militares y personal de seguridad han desertado.
Guaidó y sus aliados tendrán que conformarse con el asedio económico y la presión diplomática.
La paciencia será necesaria y, mientras tanto, los venezolanos continuarán soportando más violencia.