Ello, dada la cercanía ideológica entre el Partido Popular español y el presidente Juan Manuel Santos. El empalme augura para Colombia la llegada de un gobernante que no encontraría en Bogotá la resistencia de otras naciones latinas, inclinadas a la izquierda, como Cuba, Venezuela y Brasil.
La tensión que vive España por hacer parte del impopular grupo de los cuatro países —con Italia, Portugal y Grecia— peor parados para enfrentar la crisis económica que golpea a Europa, provocó que América Latina fuera uno de los temas poco recordados durante la campaña, que terminó este domingo con lo que todos los sondeos anticiparon: el triunfo de Mariano Rajoy del Partido Popular (PP).
Las políticas de gobierno de Rajoy coinciden con las del presidente colombiano, Juan Manuel Santos. El empalme augura para Colombia la llegada de un gobernante que no encontraría en Bogotá la resistencia de otras naciones latinas, inclinadas a la izquierda, como Cuba, Venezuela y Brasil.
Érika Rodríguez, coordinadora del centro de pensamiento América Latina en Fundación Alternativas, considera que “la presencia de la Eta y las Farc ha sido históricamente un vinculo de solidaridad entre los dos países y será más claro en cuanto Colombia tenga como ejemplo la experiencia española de presión contra Eta para obligarla a dejar las armas. Si bien la derecha española sólo reconoce la desmovilización de la banda como alternativa posible, puede que esta visión de “mano dura” sin negociación sea una experiencia que intente compartirse entre los dos países”.
Con el frágil panorama que vive España, el pragmatismo es la norma, algo que podría convertir a Colombia en un buen aliado en la región, particularmente teniendo en cuenta que durante los últimos años la inversión española en territorio colombiano ha ido en aumento: BBVA, Telefónica y otras tantas empresas de ese país tienen una importante presencia en Colombia y Rajoy buscaría que empresas como éstas ayuden a reactivar la economía española.
Martín Santiváñez, investigador de la Universidad de Navarra, considera que la victoria del PP acercará aún más a los dos países.
“Dada la estrecha vinculación ideológica entre el Partido Popular y Santos, es de suponer que Colombia será un firme aliado del gobierno de los populares. Al menos es lo que espera Madrid. América Latina volverá a ser una prioridad durante la era rajoyana y España ha decidido concentrar gran parte de sus esfuerzos diplomáticos en recuperar su capacidad de influencia y colaboración con esta región”.
Y es que históricamente, recuerdan los analistas, las relaciones entre los dos países han sido buenas y con ininterrumpido intercambio comercial y cultural, que aumentó considerablemente durante los últimos años.
El único bache que recuerdan es aquel de 2001, cuando España decidió la obligatoriedad de la visa para los colombianos. Entonces, explican, esa medida se tomó debido a una imposición de la Unión Europea. El problema es que no se revirtió, a pesar de la firme protesta de intelectuales destacados colombianos.
De modo que Colombia recibirá en Rajoy a un presidente de gobierno enfocado en arreglar el caos de casa y será clave una actitud activa de parte del gobierno colombiano para conseguir su atención.
“El Partido Popular siempre ha tenido una relación estrecha con América Latina y el Caribe (ALC), aunque fue el PSOE el que consiguió los mayores fondos destinados a la cooperación para el desarrollo en nuestra región y afianzó las relaciones con la UE y Latinoamérica”, concluye Rodríguez.