La experta estadounidense es una de las voces más autorizadas a nivel mundial en casos de abusos sexuales dentro de la iglesia católica. Ha apoyado importantes investigaciones, como las que se realizaron sobre el Arzobispado de Boston y que hicieron renunciar al poderoso cardenal Bernard Law, lo que años después daría origen a la premiada película “Spotlight”. Hoy, con la llegada a suelo chileno de la máxima autoridad de la Iglesia Católica, Barrett-Doyle le hace un llamado al Papa a dar respuestas a las víctimas de las violaciones y a reflexionar sobre las actitudes de las autoridades locales que protegen a los agresores.
Bishop Accountability es una ONG de origen estadounidense que recopila información global sobre miembros de la Iglesia Católica acusados de abuso sexual o violación de menores. En medio de la visita papal a Chile, la sede de la Fundación para la Confianza sirvió como comando central para que Anne Barrett-Doyle, líder de Bishop Accountability, entregara de manera pública los antecedentes que han recopilado sobre sacerdotes o miembros de la Iglesia Católica chilena acusados de realizar abusos sexuales o violaciones en contra de menores de edad.
La lista íntegra se encuentra, para su revisión, en el sitio http://www.bishop-accountability.org, donde se consignan 79 casos nacionales.
-¿Qué acciones deben tomarse para evitar el encubrimiento de agresores sexuales, ya sea desde la sociedad civil o dentro clero?
-Desde el interior de la iglesia tiene que haber una ley para que cualquier obispo o cualquier persona que sepa de algún abuso, deba denunciarlos de forma inmediata y segura. Pero creemos que la verdadera respuesta viene desde fuera de la iglesia, desde organizaciones laicas, desde los fiscales de justicia que son los que deben y pueden involucrarse resolver. Cuando un obispo chileno pase un día en la cárcel, van a haber cambios en la iglesia chilena.
-¿Se han tomado hoy, desde la sede vaticana, las medidas necesarias para prevenir el abuso sexual por parte de sus funcionarios?
-No lo creo. Hoy el Vaticano no tiene aún una política de cero tolerancia a los abusos. Pero no sólo eso, sino que promueve a esas personas a mejores cargos, como lo que está ocurriendo acá en Chile.
-El Papa Francisco anunció una política de tolerancia cero, ¿se ha cumplido?
-El Papa Francisco ha prometido "tolerancia cero" para los delitos de abusadores o acosadores sexuales. Ha dicho que la protección a menores es la prioridad más alta para la Iglesia Católica, pero acá en Chile los obispos y las autoridades superiores no siguen esa promesa.
-¿Qué política, entonces, ha mantenido la iglesia chilena frente a casos de abusos?
-Una poco clara y en algunos casos mantiene a sacerdotes acusados de abuso sexual en ejercicio. De hecho, al menos dos de los sacerdotes que aparecen en nuestra base condenados bajo cargos civiles, han sido reintegrados al ejercicio eclesiástico. Los obispos chilenos son poco usuales, porque abiertamente violan los estándares de cuidados y protecciones establecidos por el Papa Francisco.
-Entonces, ¿el Papa Francisco llega a un país donde sus medidas no se han cumplido?
-Claramente, la institución vaticana se ha mostrado a favor de los obispos como Juan Barros, y ex monseñor Errázuriz, que han sido cómplices, de alguna forma, con el caso Karadima y normalmente seríamos precavidos en decirlo, pero hay documentos y testimonios que lo establecen. Estos hombres no son aptos para ocupar cargos dentro de la Iglesia. Si el Papa realmente quiere aplicar medidas de tipo "tolerancia cero", tiene que comenzar con disciplinar a líderes de la Iglesia que han puesto a niños en peligro.
-¿Qué análisis hace sobre el actuar del gobierno chileno sobre esta materia?
-El gobierno chileno necesita llevar a cabo investigaciones criminales en la Iglesia Católica. Para hacer eso quizás debiera empezar a crear leyes que lo habiliten para perseguir a instituciones como la Iglesia o a personas dentro de esta.