Según cifras de la ONU, Perú sigue siendo el primer cultivador de hoja de coca con 49.800 hectáreas sembradas en 2013, 17% menos que en 2012, cuando sumaba 60.400.
El área sembrada de hoja de coca en Colombia, Perú y Bolivia se redujo 10% en 2013 con respecto al año precedente, aunque en ese mismo período el cultivo en Colombia se mantuvo estable, informó este jueves la Oficina de Naciones Unidas contra la droga (Unodoc).
"Al 31 de diciembre de 2013, Colombia tenía 48.000 hectáreas sembradas de coca distribuidas en 23 de los 32 departamentos del país, la misma cantidad reportada en diciembre de 2012", dijo Bo Mathiasen, representante de la Unodoc en Colombia.
En total, hay 120.800 hectáreas de cultivos de hoja de coca en Colombia, Perú y Bolivia sumados, lo cual supone una reducción de 10% con respecto al año pasado, señaló Mathiasen en rueda de prensa.
Según cifras de la ONU, Perú sigue siendo el primer cultivador de hoja de coca con 49.800 hectáreas sembradas en 2013, 17% menos que en 2012, cuando sumaba 60.400.
Bolivia, en tanto, logró reducir 9% sus cocales en 2013 -de 25.300 a 23.000 hectáreas- lo que confirma una drástica disminución del 26% de sus plantaciones en tres años, de acuerdo con datos de la ONU revelados esta semana.
En Colombia, el sembradío de coca se concentró en los departamentos de Nariño y Putumayo, en el suroeste del país, y en la zona de Catatumbo, noreste, fronteriza con Venezuela, dijo este jueves Leonardo Correa, coordinador del Sistema Integrado Monitoreo Cultivos Ilícitos (SIMCI) de Unodoc.
"Ha habido un incremento de cultivos ilícitos en parques nacionales y áreas protegidas", destacó.
El experto agregó que desde 2001 ha habido un proceso de reducción de las áreas sembradas de coca en Colombia, con una breve interrupción en 2004.
Las regiones de Nariño, Putumayo y Catatumbo son bastiones tradicionales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), la mayor y más antigua guerrilla del país, con la que el gobierno lleva adelante diálogos de paz en La Habana desde fines de 2012.
En el marco de esas negociaciones, ambas delegaciones cerraron a mediados de mayo un acuerdo sobre drogas que establece la sustitución consensuada de los cultivos ilícitos, una nueva estrategia contra el lavado de activos del narcotráfico y la erradicación forzosa sólo en caso de campesinos que se nieguen al cambio.