La convocatoria a una huelga nacional surgió como reacción a la decisión del gobierno de presentar una denuncia penal contra Hugo Moyano y su hijo Pablo, ambos líderes del sindicato de camioneros, por paralizar la distribución de combustibles en el país.
Buenos Aires. El poderoso sindicato de camioneros de Argentina lanzó este miércoles una huelga nacional, tras paralizar la distribucion de combustible en el país, en un nuevo desafio al gobierno, al que le reclama un aumento de salarios y que reduzca la carga impositiva sobre los trabajadores.
El gobierno de la presidenta Cristina Fernández ordenó que una fuerza de seguridad militar se movilizara para restablecer la distribución de combustibles, y la mandataria adelantó su regreso desde la cumbre medioamiental de Río de Janeiro por el agravamiento del conflicto.
"Anuncio el paro (huelga) nacional de camioneros con movilizacion (...) (el jueves) definiremos los alcances y seguramente otros gremios se sumarán a la medida", dijo en declaraciones televisivas Hugo Moyano, titular de la Confederación General del Trabajo (CGT) y otrora aliado del Gobierno.
La convocatoria a una huelga nacional surgió como reacción a la decisión del gobierno de presentar una denuncia penal contra Moyano y su hijo Pablo, ambos líderes del sindicato de camioneros, por paralizar la distribución de combustibles en el país.
El sindicato de camioneros lanzó el martes una huelga en el transporte de combustible por 72 horas, lo que producía desabastecimiento en gasolineras de las principales ciudades argentinas.
El secretario de Seguridad, Sergio Berni, declaró que la Gendarmería ingresó a una de las terminales de refinación ubicada en el Gran Buenos Aires pese a algunos enfrentamientos entre trabajadores y las fuerzas de seguridad, y se dispuso el despacho de los primeros camiones cisterna.
"La gente lo que tiene que saber es que la presidenta ha ordenado que despleguemos todos los dispositivos que tiene el Estado", señaló el funcionario.
En algunas gasolineras de Buenos Aires y sus alrededores se observaban largas filas de automóviles, mientras que en otras no se despachaba combustible porque no llegaban los camiones aprovisionadores.
El gobierno había exigido, sin resultados, que los camioneros depusieran las medidas de presión para que se cumpliera con una conciliación obligatoria dictada horas antes de que comenzará la paralización.
Los camioneros controlan, además de la distribución de combustibles y dinero, el transporte de productos agrícolas y los gremios portuarios en Argentina, uno de los mayores exportadores de granos del planeta.
A raíz de la medida de fuerza, la presidenta Fernández adelantó su regreso desde Río de Janeiro, donde participaba en la Conferencia sobre Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas llamada Río+20. Tras su arribo al país se retiró a la residencia presidencial de Olivos, al norte del Gran Buenos Aires.
El sindicato reclama a los empresarios un aumento del 30% en los salarios para compensar la inflación, que economistas privados calculan en más del 25% anual, y la eliminación del llamado impuesto a las ganancias que afecta a sus remuneraciones.