Con un electorado tan cambiante como sorpresivo, Argentina votará este domingo para seleccionar los postulantes que disputarán los comicios presidenciales de octubre, entre ellos la mandataria Cristina Fernández, que lidera con holgura la carrera para su reelección.
Buenos Aires. Consultoras de opinión pública de Argentina dejaron de divulgar sus sondeos esta semana, a cuatro días de un test electoral clave, para evitar repetir las fallas en que incurrieron sus proyecciones durante los últimos comicios regionales.
Con un electorado tan cambiante como sorpresivo, Argentina votará este domingo para seleccionar los postulantes que disputarán los comicios presidenciales de octubre, entre ellos la mandataria Cristina Fernández, que lidera con holgura la carrera para su reelección, según sondeos hechos en julio.
Nuevos números son guardados con recelo por los encuestadores, que ven en la fragmentación del sistema de partidos, que estalló con la economía del país en 2001/02, y en un creciente voto oculto de la ciudadanía, las razones para explicar los errores en las encuestas.
La falta de acierto se corroboró en las elecciones de las provincias de Santa Fe y Tierra del Fuego, y en la Ciudad de Buenos Aires, cuyos resultados fueron sensiblemente distintos a los previstos por la mayoría de sondeos de intención de voto.
Políticos y analistas cuestionan el uso que se hace en Argentina de los sondeos como herramienta de propaganda electoral, y lo señalan como un elemento que contribuye a los contrastes entre los estudios y los resultados reales.
"Los partidos y los medios de comunicación políticamente motivados nunca escapan a la tentación de usar los pronósticos como herramientas de campaña", indicó la consultora Analytica en un crítico informe.
Además, la falta de demanda privada para este tipo de trabajos crea fuerte dependencia de los encuestadores con el gobierno federal, los provinciales y los municipales.
"No hay financiamiento para hacer buenas encuestas (algo que) (...) cuesta bastante dinero. Los medios de comunicación y el sector privado no lo tienen. Y los partidos políticos tampoco. No existen las fundaciones partidarias, como las que contratan este tipo de estudios en otros países", agregó Analytica.
Una "megaencuesta". Más de 28,8 millones de argentinos están habilitados para votar el domingo en las primarias, una inédita elección que es vista como una gigantesca encuesta que medirá el real apoyo que concitan la mandataria y sus opositores, que buscan acabar con el mito de invencibilidad de Fernández.
La mandataria pretende al menos obtener 40% de los votos, un porcentaje que según las reglas electorales de Argentina indicaría que podría liquidar el pleito en la primera vuelta del 23 de octubre, si obtiene una ventaja de al menos 10 puntos sobre el segundo.
"Hay un conjunto de elementos que hacen que una encuesta de opinión no necesariamente se acerca a lo que finalmente dan los resultados eleccionarios", dijo a Reuters la analista política Graciela Romer.
La experta enumeró como razones que causan fallas en los sondeos "el descrédito de la dirigencia política" y que "la gente miente", ya que "hay bastante voto oculto en Argentina. Hay gente que no votaría por el gobierno en términos de principios que sustenta, sin embargo lo va a hacer porque privilegia cuestiones personales", explicó.
El encuestador y analista político Enrique Zuleta Puceiro dijo que, según sus números, Fernández podría no lograr el 40% en la primaria por una baja participación de sus votantes que, sin embargo, sí concurrirían a a las urnas masivamente en octubre, cuando obtendría su reelección.
"Las encuestas son relativas. Están en un terreno incierto como es este sistema (de primarias) que se estrena por primera vez", dijo a una radio local.