La conmemoración es sobre el secuestro de un grupo de estudiantes secundarios en la ciudad de La Plata, en septiembre de 1976. Los menores fueron arrancados de sus casas en un operativo militar.
Este viernes se cumplen 35 años del secuestro de un grupo de estudiantes secundarios en la ciudad de La Plata, arrancados de sus casas en un operativo militar conocido como “La Noche de los Lápices”, y cuyos responsables son juzgados desde el lunes por crímenes de lesa humanidad.
Aunque la persecución, el secuestro y la desaparición de estudiantes no tuvo sus primeras víctimas ese día, entre la noche del 15 y el 16 de setiembre de 1976 se produce el secuestro de la mayor cantidad de jóvenes, por lo que se estableció la fecha para recordar los hechos.
Esa madrugada diez alumnos de la Escuela Normal Nº3 de La Plata, que tenían entre 14 y 18 años y militaban en la Unión de Estudiantes Secundarios, fueron secuestrados de sus domicilios por un grupo de tareas del Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y de la Policía de la provincia de Buenos Aires.
Los jóvenes militaban en defensa de los derechos estudiantiles y habían participado de una protesta para restablecer el boleto estudiantil, suspendido en 1975.
Para justificar el operativo, el titular de la bonaerense, Ramón Camps, adujo que se realizaba “por el accionar subversivo en las escuelas”.
Daniel Alberto Racero, Horacio Angel Ungaro, Francisco López Muntaner , María Claudia Falcone, Claudio De Acha y María Clara Ciocchini continúan hoy desaparecidos.
De los cuatro que sobrevivieron a las torturas y vejaciones -Emilce Moler, Pablo Díaz, Gustavo Calotti y Patricia Miranda-, tres pudieron dar testimonio del horror ante la justicia.
Ellos reconocieron que estuvieron en los centros clandestinos de detención de Arana, Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5a., 8a., y 9a. de La Plata y 3a. de Valentín Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires.
Proceso. "La Noche de los Lápices" será uno de los hechos que se juzgan en el juicio que comenzó este lunes 12 de septiembre en La Plata y que sienta en el banquillo de los acusados a 26 imputados por delitos de lesa humanidad en perjuicio de 360 víctimas en el denominado "Circuito Camps", que era el conjunto de centros clandestinos de detención que estaban bajo las órdenes del general Ramón Camps.
Según el historiador Norberto Galasso, la apreciación sobre los hechos conocidos como "La Noche de los lápices", “con el tiempo fue corrigiéndose y dejó de interpretarse como el producto de chicos inocentes que reclamaban un boleto”.
“En algunos familiares se empezó a señalar que formaban parte de un movimiento revolucionario y que esa lucha estaba integrada a una concepción de cuestionamiento al orden de la dependencia que había instalado la dictadura militar”, dijo en diálogo con Télam.
Para Galasso, “es difícil cuál de las dos versiones es más correcta”, y se permitió dudar porque en la fecha en que se produjo “no parece que correspondiese a algo estratégicamente planeado por una dirección política”.
En el análisis de la realidad de la época, el historiador consideró que los estudiantes “eran un grupo de jóvenes rebeldes e idealistas que querían cambiar las cosas y que no estaban muy sujetos a una dirección estratégica política”, aunque “estaban perfectamente catalogados por los servicios de inteligencia” de la dictadura militar.
Después de 35 años, "La noche de los lápices" fue escribiendo nuevas páginas en la historia, y según Galasso, se debe, entre otras razones, a que en la ciudad de La Plata “las figuras de la represión fueron tan siniestras que pasaron a ser símbolos de la represión, como Camps y (elex comisario, Miguel) Etchecolatz”.