Analistas políticos consultados por Efe coincidieron en afirmar que los ejes del próximo año en Argentina pasarán por lo electoral, lo económico y las tensiones entre el gobierno de la presidenta Cristina Fernández y los nuevos liderazgos opositores.
Buenos Aires, EFE. Argentina celebrará el próximo año elecciones legislativas, cuyo resultado resultará clave de cara a los comicios presidenciales de 2015, con un gobierno que se enfrenta a un creciente grado de conflictividad sindical y social.
Analistas políticos consultados por Efe coincidieron en afirmar que los ejes del próximo año en Argentina pasarán por lo electoral, lo económico y las tensiones entre el gobierno de la presidenta Cristina Fernández y los nuevos liderazgos opositores.
"La palabra clave para el año próximo es incertidumbre, tanto en lo político como en lo económico. En lo político, hay una escenario donde la sociedad no está respaldando mayoritariamente la gestión de Fernández", dijo a Efe el analista Jorge Arias, de la consultora Polilat.
Fernández, de 59 años, quien llegó a la Presidencia en diciembre de 2007, fue reelegida en octubre de 2011 para otro período de cuatro años con el 54 % de los votos y una imagen positiva que era del 63,3 %, de acuerdo a Management & Fit.
Pero, según las últimas mediciones realizadas por esta consultora privada, a finales de noviembre pasado la imagen "buena" o "muy buena" de la mandataria era del 29,3 % y la mala, del 42,6 %.
Esta caída de imagen tuvo como correlato las masivas manifestaciones sociales de protesta del pasado 8 de noviembre y, en el plano sindical, una huelga general el 20 de noviembre y una marcha de protesta el 19 de diciembre.
Las medidas sindicales fueron convocadas por las alas opositoras de las dos centrales obreras del país, con Hugo Moyano, un exaliado del gobierno, como líder de la movida y a quien Fernández ha desafiado a formar un partido político y presentarse en las elecciones.
El gobierno ha acusado además a los sindicatos opositores de estar detrás de los saqueos a comercios en seis ciudades del país registrados el 20 y el 21 de diciembre, con un saldo de cuatro muertes y decenas de detenidos y heridos.
"Hay un clima de violencia verbal de ambos lados", advirtió Arias.
Para Patricio Giusto, de la consultora Diagnóstico Político, la conflictividad sindical y social también es creciente.
"Ante este escenario, veo a Cristina con una postura dura, redoblando la apuesta, porque es lo que ha demostrado en estos últimos tiempos a medida que los problemas se han ido profundizando", dijo a Efe el analista.
Con este contexto, Argentina marcha hacia unas elecciones de medio término, que se celebrarán en octubre, en las que el factor económico será decisivo en el resultado.
Aún cuando varias consultoras económicas privadas prevén una reactivación para 2013, para Arias en lo económico "hay incertidumbre porque todo dependerá de cómo funcione la economía internacional, por un lado, y los precios relativos de la economía argentina para sostener el proceso de crecimiento".
"Si hay problemas en el frente económico, las voces opositoras se van a hacer escuchar más fuerte y va a crecer la conflictividad social. Lo económico va a tener una preeminencia muy fuerte en las elecciones", dijo Arias.
Sin embargo, apuntó que, "aun con convulsión política, si el gobierno logra ordenar sus cuentas y la economía tiene un viento de cola internacional, es muy probable que logre retener el poder".
Giusto destacó que los comicios legislativos van a marcar no solo el "armado de la oposición" de cara a las elecciones presidenciales de 2015 sino también el futuro del oficialismo, que, según los resultados, determinará si el proyecto de la "re-reelección" de Fernández queda trunco o no.
Aunque la mandataria no se ha pronunciado sobre el asunto, dirigentes oficialistas han expresado su deseo de que Fernández aspire en 2015 a un tercer mandato, para lo cual debería reformarse la Constitución, un cambio que necesita del aval de mayorías especiales en un Parlamento que cambiará parte de su composición en 2013.
Según Arias, si el gobierno logra repetir el resultado de los comicios de 2011 o al menos un caudal de votos cercano al 50 %, su "lectura será que ha recibido un espaldarazo y que puede administrar la sucesión, sea Cristina misma u otro integrante del oficialismo".
"Pero si tiene un mal resultado, nos encaminaremos hacia una etapa de postkirchnerismo, con una oposición que de momento tampoco ha logrado consolidar una opción de liderazgo clara", apuntó Arias