Muchos sectores decidieron desobedecer el decreto presidencial que comenzó a regir este viernes y que estipula que hasta el 30 de abril los comercios gastronómicos solo podrán atender en mesas en el exterior de los locales durante el día. Además, dispuso el cierre de los espacios cerrados destinados a deportes, actividades recreativas, culturales y religiosas.
Buenos Aires. Cansados por la extensa y estricta cuarentena que se dispuso en Argentina en 2020 para contener la pandemia del COVID-19, muchos empresarios en el área de la Ciudad de Buenos Aires decidieron ignorar las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno nacional ante el fuerte aumento de contagios.
Las medidas golpean a actividades como gimnasios, restaurantes y bares, que vieron afectada su actividad gran parte del año pasado, cuando el presidente Alberto Fernández ordenó una estricta política de aislamiento social para enfrentar a la pandemia.
Esta vez muchos de ellos decidieron desobedecer el decreto presidencial que comenzó a regir este viernes y que estipula que hasta el 30 de abril los comercios gastronómicos solo podrán atender en mesas en el exterior de los locales durante el día y limitarse solo a envíos de pedidos por la noche. Además, dispuso el cierre de los espacios cerrados destinados a deportes, actividades recreativas, culturales y religiosas.
El movimiento 'Sillas al Revés', que se creó en 2020 y nuclea a reconocidos restaurantes de Buenos Aires, aseguró que no acatará el decreto, agregando que es un "nuevo atropello" contra su sector.
"La gastronomía no contagia. Somos un espacio seguro para trabajar. Ya se comprobó que no somos foco de contagio y sí fuente de empleos", dijo el grupo en un comunicado.
"Rrebelión". En distintos barrios de Buenos Aires y sus alrededores, bares, gimnasios y restaurantes contaban con gente en su interior, desacatando el decreto presidencial.
Marcelo, de 63 años, dueño desde hace 18 años de un bar ubicado en el barrio porteño de Almagro, dijo que no piensa acatar la nueva normativa y atender solamente a mesas en el exterior.
"Que el presidente haga lo que tenga que hacer. Yo no estoy de acuerdo con estas medidas", explicó. "El año pasado fue durísimo".
Por otro lado, un gimnasio sobre la famosa Avenida Corrientes, tenía la persiana de ingreso a medio subir, por donde continuaban entrando sus clientes.
"Por el momento seguimos abiertos, como todas las cadenas de gimnasio", dijo una empleada que no quiso dar su nombre.
Fernández se mostró en contra de la "rebelión" de estos sectores, señalando que han recibido ayuda estatal para poder sobrevivir durante las restricciones.
"Las leyes se hacen para ser cumplidas. Puedo entender que estos sectores puedan verse de algún modo afectados, pero quiero recordarles que todos esos bares, restaurantes que hoy siguen vivos el año pasado recibieron asistencia del Estado", explicó el mandatario en una conferencia de prensa.
"A mí, la rebelión no. En un Estado de Derecho, las leyes se cumplen. A los que no les gusta, que recurran a la Justicia, que hagan solicitadas. Estoy para ayudarlos en la emergencia que estamos viviendo, no estoy para tolerar que hagan lo que quieran", agregó.
Verónica, una empleada de un bar, dijo que se enteró el viernes mismo de la prohibición de atender dentro del local y que el dueño todavía no había indicado que solo atiendan a las mesas del exterior.
"Tenemos solo cuatro mesas afuera, así no se puede", explicó Verónica. "No lo acepto yo pero tampoco lo acepta la gente, que continúa ingresando a consumir adentro".
Las nuevas restricciones también suspenden las clases presenciales hasta fin de abril en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores (AMBA) y restringe la circulación entre las 20 y las 6 de la mañana (2300 / 0900 GMT).
Tras una reunión con el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, que adelantó que recurrirá a la Justicia para impedir la suspensión de las clases, Fernández ratificó la vigencia del decreto con las nuevas restricciones.
Argentina, en lo que se considera una segunda ola de contagios, registró esta semana un récord diario de 27.001 nuevos enfermos. El país totalizó hasta el jueves 2,6 millones de casos, de los cuales 58.925 fallecieron.