Los manifestantes, que fueron convocados a través de redes sociales y que no mostraban carteles ni banderas de partidos políticos, se quejaban principalmente por la elevada inflación, la inseguridad urbana y las restricciones a las compras de dólares, entre otros reclamos.
Buenos Aires. Miles de argentinos se concentraron por la noche del jueves en la Plaza de Mayo, frente a la casa de gobierno, para protestar golpeando cacerolas contra la gestión de la presidenta, Cristina Fernández.
Los manifestantes, que fueron convocados a través de redes sociales y que no mostraban carteles ni banderas de partidos políticos, se quejaban principalmente por la elevada inflación, la inseguridad urbana y las restricciones a las compras de dólares, entre otros reclamos.
"Nos molesta que dicen que están a favor de combatir la pobreza pero que realmente no hagan nada. Estamos hartos de la corrupción y de la inseguridad", dijo a Reuters Joaquín Cúneo, de 21 años. "Algunas cosas las hacen bien (las autoridades), pero muchas las hacen mal", añadió.
Si bien la manifestación era numerosa, no llegaba a cubrir la Plaza de Mayo, un centro histórico para las protestas de los argentinos. Fernández ganó las elecciones presidenciales de octubre pasado con el 54% de los votos.
Muchos manifestantes mostraban banderas de Argentina y acusaban de dictadores y corruptos a los funcionarios del gobierno de Fernández.
La protesta se da en momentos en que la economía argentina muestra señales de desaceleración luego de casi una década de sólido crecimiento y en que la inflación -estimada en más de un 20 por ciento anual por analistas privados- está erosionando el poder adquisitivo de la población.
En busca de frenar una fuga de divisas, el mes pasado el gobierno restringió aún más las compras de dólares, ya limitadas desde el año pasado, lo que está generando un amplio descontento entre algunos sectores de la sociedad habituados a ahorrar en la moneda estadounidense.
El gobierno enfrentó en años recientes algunas protestas similares, en particular durante una feroz puja con el sector rural en el 2008 que derivó en una profunda crisis política.
La protesta con cacerolas fue popularizada durante el desplome de la economía del país hace poco más de diez años, cuando el ex presidente Fernando De la Rúa debió dejar el poder en medio de amplias manifestaciones.
Los llamados "cacerolazos" tuvieron luego en vilo a otros mandatarios que gobernaron el país durante la crisis.