Decenas de personas bloquearon la principal vía de acceso al Arena Corinthians, estadio en el que se disputará el partido inaugural del evento deportivo.
Con el evento inaugural del Mundial de Fútbol, Brasil es un escenario de protestas en contra del evento deportivo y su millonaria inversión, frente a las necesidades sociales de un país en el que la inflación se dispara y la inseguridad cada vez es mayor (465 hurtos diarios tan sólo en Río de Janeiro, según el Instituto de Seguridad Pública del Estado).
En la mañana de este jueves la policía brasileña dispersó con gases lacrimógenos la primera manifestación contra el Mundial de fútbol registrada en Sao Paulo. Las Tropas de Choque de la Policía Militarizada del estado de Sao Paulo se enfrentaron a decenas de personas que intentaban bloquear la avenida Radial Este, la principal vía de acceso al Arena Corinthians, el estadio de Sao Paulo en que se disputará el partido inaugural del Mundial.
Mientras tanto, Río de Janeiro no fue la excepción, empleados del principal aeropuerto de la ciudad iniciaron una huelga ya anunciada y bloquearon las principales vías de acceso al lugar.
Las revueltas no son más que la continuación de una serie de protestas que se venían presentado desde la semana pasada en la que los trabajadores del metro de Sao Paulo exigían un aumento de salario, por lo que bloquearon el medio de transporté que por varios días dificultó la movilidad de los brasileños y miles de turistas y asistentes a la Copa Mundo.
Entre las huelgas hay algunos otros asuntos que preocupan a los organizadores del evento, los escombros y materiales de construcción en las instalaciones deportivas junto a algunas instalaciones por probar. Un ejemplo es el estadio del partido inaugural que originalmente fue hecho para acoger cerca de 48 mil asistentes, sin embargo se pidió ampliarlo para 68 mil, una obra de construcción que solo fue posible- finalmente- para acoger a 61 mil personas y aún se observa a los trabajadores ultimado detalles en las graderías .
En medio de la euforia mundialista, en las periferias de Brasil se recuerda que este es uno de los países de América Latina con más alta tasa de criminalidad, quizá por ello las autoridades parecen blindarse con más de 180.000 agentes de seguridad para el evento deportivo ante la amenaza de posibles protestas masivas.
La inversión estimada en la Copa Mundo, que en un principio se estimaba que sería de cerca de 800 millones de euros, ya asciende a más 2.000. Por ahora, las autoridades han admitido su preocupación con las manifestaciones contra el Mundial pero esperan que sean de menor magnitud que las registradas el año pasado, cuando millones de brasileños salieron a las calles para exigir mejores servicios públicos y una disminución en el valor del transporte público, en coincidencia con la Copa Confederaciones de la FIFA.