Dos desconocidos mataron con dos impactos de bala a Henry Orlando Suazo Santos, quien laboraba para la compañía Cable Visión del Atlántico (CVA), y era corresponsal de la emisora HRN y del canal 6 de San Pedro Sula.
Tegucigalpa. El micrófono que durante tantos años le acompañó ya no emitirá más su voz. La libertad de expresión nuevamente sufrió un duro revés.
La vida del periodista Henry Orlando Suazo Santos se apagó para siempre tras recibir dos impactos de bala a manos de dos desconocidos que lo esperaba en las afueras de su casa situada en esta localidad.
Todo ocurrió en la colonia Mario Ayala, a eso de las 9:10 de la mañana, cuando, según testigos, dos personas que se conducían en bicicletas le quitaron la vida.
"Estos es algo confuso, no sabemos mayor cosa, solo se nos dijo que llegaron dos personas en bicicletas y que después de dispararle se fueron del lugar", dijo Geovany Suazo, uno de los hermanos del extinto.
"Varias veces le dije que tuviera cuidado, su trabajo era bien delicado, pero no me hizo caso", se lamentó el hermano. Los disparos que impactaron en la cabeza de Henry Suazo le quitaron la vida de forma inmediata, por lo que no hubo lugar siquiera de llevarlo a un centro asistencial.
Gran comunicador. El periodista de 43 años laboraba para la compañía Cable Visión del Atlántico (CVA), que tiene los canales 9 en Santa Ana y 29 en San Juan Pueblo, y también era corresponsal de la emisora HRN y canal 6 de San Pedro Sula.
Suazo se abrió paso a base de esfuerzo diario y de las movilizaciones que hacía en su motocicleta, en la cual se desplazaba para ser camarógrafo y entrevistador al mismo tiempo, a cualquier hora del día o la noche.
El ingeniero Jorge Avilio Díaz, propietario del sistema de cable, lamentó la pérdida tras exigir al ministro de seguridad, Óscar Álvarez, que envié un equipo al sector para esclarecer el caso.
"Hemos perdido un elemento muy valioso, Henry era un baluarte en la lucha por un crecimiento en el sector, era una persona que investigaba, pero que sabía cómo hacer su trabajo", dijo. "No sabemos qué personas ni por qué razón hicieron esto con él; cuando recibí la noticia me quedé con la sangre fría", dijo Díaz.
No más impunidad. Varios comunicadores del sector expresaron su malestar por los hechos y pidieron a las autoridades que se haga justicia.
En esa misma comunidad, hace dos años y medio, le quitaron la vida al también periodista Gabriel Fino Noriega, quien laboraba para ese mismo sistema de cable y cuyo caso está engavetado.
"Estamos muy apesarados con ese caso, ya no se puede trabajar tranquilo en esta profesión, ya que cualquiera está expuesto ante la delincuencia", citó Osman Estrada.
"Conocimos a Henry, era una persona muy trabajadora, estamos apesarados por lo que pasó y pedimos a las autoridades que hagan algo", sostuvo Wilson Quiroz, otro de los comunicadores del lugar.
Se esperaba que el cuerpo fuera dejado en la casa de sus familiares en la comunidad de San Juan Pueblo, pero en virtud de una solicitud del Ministerio Público, el cadáver tuvo que ser trasladado al departamento de Medicina Forense de La Ceiba; previo a esa acción, agentes policiales y de investigación tuvieron que llegar a un acuerdo con los familiares del extinto, quienes se oponían a que la sacaran el cuerpo de la casa, pues argumentaban que para qué lo iban a llevar a la autopsia si no se capturaba a nadie.
Negro año. 2010 ha sido en la historia, el año más fatídico para el periodismo hondureño, ya que a la fecha han muerto diez comunicadores sociales. El primero de ellos fue Joseph Ochoa, en Tegucigalpa.
Le siguieron David Meza, en La Ceiba; Nahún Palacios, en Tocoa; José Bayardo Mairena y Víctor Juárez, en Olancho; Georgino Orellana, en San Pedro Sula; Carlos Salinas en la ciudad capital; Luis Mondragón, en Danlí; e Israel Zelaya en Villanueva, Cortés.