Steve Bannon, el estratega jefe de Trump, y Jared Kushner, un influyente asesor y yerno del mandatario, se reunieron a solicitud del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, quien les dijo que si tenían cualquier diferencia de opinión sobre políticas deberían resolverlo en forma interna.
Palm Beach, Estados Unidos/Washington. Los altos asesores de la Casa Blanca Steve Bannon y Jared Kushner se reunieron y acordaron "enterrar el hacha" en lo que respecta a sus diferencias, dijo el sábado un alto funcionario del Gobierno, en un intento por poner fin a las peleas internas que han opacado el mensaje del presidente Donald Trump.
Bannon, el estratega jefe de Trump, y Kushner, un influyente asesor y yerno del mandatario, se reunieron el viernes a solicitud del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, quien les dijo que si tenían cualquier diferencia de opinión sobre políticas deberían resolverlo en forma interna, sostuvo el funcionario.
El hecho, ocurrido en la residencia del presidente de Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, tuvo lugar al final de lo que ha sido una semana relativamente tranquila para el mandatario republicano.
Trump ordenó ataques aéreos contra blancos sirios que fueron elogiados en varias partes del mundo y celebró una cumbre sin incidentes con el presidente chino, Xi Jinping, donde su esposa, Melania, usó un vestido rojo para simbolizar el color principal de la bandera china.
El mensaje de Priebus a Bannon y Kushner fue de "parar con la intriga palaciega" y concentrarse en la agenda del presidente, dijo un funcionario a Reuters.
Ambos asesores salieron de la reunión después de concordar en que era tiempo de "enterrar el hacha y avanzar", agregó la fuente, que habló bajo condición de anonimato.
Cuatro ex asesores del presidente dijeron que Trump está acostumbrado al caos en su carrera de varias décadas como gerente de negocios inmobiliarios, pero que incluso él está cansado de las peleas.
Los cuatro ex asesores dijeron que Kushner, esposo de la hija de Trump, Ivanka, está tratando de llevar al presidente a una posición más convencional, mientras que Bannon intenta mantener viva la llama nacionalista que condujo a Trump a su inesperada victoria electoral el 8 de noviembre.