La aparición de otros grupos criminales ha generado una competencia con las maras en las actividades como la extorsión y el narcomenudeo. Seguridad dio primer paso al identificarlos.
El primer paso para combatir la criminalidad organizada era identificar sus radios de acción y las principales actividades delictivas a las que se dedican.
Aunque la tarea no era fácil, por tratarse de un submundo delictivo que opera desde la clandestinidad, la Unidad Investigativa de El Heraldo tuvo acceso al mapeo que se ha hecho sobre los principales grupos criminales que operan en la ciudad.
La investigación reveló que maras, pandillas, bandas criminales y antisociales agrupados en pequeñas células han pretendido tomar control de territorios.
En esa intencionalidad se han encontrado con el escudo militar-policial, pero además, con el revanchismo de los propios criminales.
Es así que en los últimos días, varios hechos criminales tuvieron relación con la disputa de territorios entre bandas criminales.
Las dos principales asociaciones ilícitas, la pandilla 18 y la MS-13 tienen bien marcados “sus territorios”, pero en su accionar expansionista se disputan otras zonas para ejecutar ahí actividades delictivas como tráfico de droga y extorsiones.
Sumado a las maras y pandillas, han aparecido bandas organizadas como Los Chirizos, “El Combo que no se deja” y Los Benjamines, que también han marcado territorios en varias colonias, principalmente en el norte de la capital.
Estas agrupaciones tienen características similares con las maras en sus modos de operar para obtener ingresos económicos de manera ilegal.
Entre sus principales actos delincuenciales sobresalen la extorsión, la venta de drogas, el sicariato, el robo de automóviles, motocicletas, secuestros, tráfico de armas y la apropiación ilegal de viviendas.
Estos grupos son protagonistas de masacres, raptos y macabros asesinatos entre rivales. Mucha gente inocente, incluidos motoristas y comerciantes, se han convertido en víctimas de los maleantes por haberse negado a hacer pagos ilegales.
Los principales blancos de esos grupos criminales son los comerciantes, empresarios de transporte urbano e interurbano y ciudadanos comunes, a quienes bajo amenazas de muerte les obligan a pagar fuertes sumas de dinero. Como producto de sus acciones delictivas obtienen millonarias e incalculables sumas de dinero.
Una prueba de las fuertes cantidades que perciben es que, solo la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) ha evitado el pago de más de 60 millones de lempiras (US$2,8 millones) entre el 2013 y lo que va del presente año.
La pandilla 18. De acuerdo a información que manejan las unidades de inteligencia del Estado, la mayor extensión del territorio de esta agrupación se encuentra en colonias del sur de Comayagüela como San José de El Pedregal, La Peña, La Vega, 14 de Marzo, San Isidro, La Cañada, Óscar A. Flores, Monterrey, entre otras.
En la ejecución de sus fechorías, los pandilleros han expulsado de sus propias casas a familias completas. Esto ha sido verificado en la colonia 14 de Marzo, donde existen varias casas abandonadas y en ruinas que son utilizadas como centros de tortura y asesinato de personas.
Sectores conocidos como “El Hoyo”, de la 14 de Marzo y de la Peña Vieja, son los refugios de los pandilleros por la facilidad para burlar los cercos policiales debido al difícil acceso, aunque siempre se dan muchas capturas.
Por otra parte, en las colonias Flor del Campo, Las Torres y zonas aledañas se registra un conflicto permanente de pelea de territorio entre miembros de esta pandilla con la MS-13.
La primera es controlada por la Mara 18, mientras que en la segunda opera un grupo reducido de la MS, por lo que en los últimos días se produjo una masacre con el saldo de siete muertos.
El territorio controlado por la 18 sigue la ruta criminal por las colonias Las Brisas, La Granja, Villa Adela hasta llegar a la Divanna, la que ha sido convertida en nido de inadaptados sociales. Desde ese sector se movilizan sus actividades delictivas de robo de vehículos, extorsión y venta de drogas, según la información que maneja la Policía.
También en esta zona se han producido enfrentamientos armados, tanto entre grupos rivales como con la Policía, que han dejado víctimas mortales y heridos.
El corredor de esta pandilla se extiende desde la Divanna hasta La Laguna, en la salida de la carretera a Olancho, pasando por la Santa Fe, Primero de Diciembre y Torocagua, entre otras.
La zona está rodeada por colonias de alta peligrosidad como Las Pavas, Alemania, Villa Unión, San Juan, Villafranca, Villa Cristina, Brisas de Olancho, Canadá, que son escenarios de crímenes horrendos, incluidos los desmembramientos de cuerpos humanos.
Esta pandilla tiene presencia en una parte de la colonia El Carrizal, donde en los últimos meses han aparecido muchos cadáveres metidos en sacos de nailon y envueltos en sábanas.
En otros puntos cardinales de la capital, los territorios están compartidos por la presencia de miembros de otras organizaciones criminales. La extorsión, el robo de vehículos, el tráfico de drogas, el sicariato y los secuestros son parte de delitos atribuidos por las autoridades a esta pandilla.
Los cuerpos de investigación policial ya han sacado de circulación a varios de sus principales cabecillas y siguen con las operaciones orientadas a dar otros golpes a sus actividades delictivas.
La MS-13 o Mara Salvatrucha. Es la segunda agrupación que opera a nivel nacional que tiene control en diversas colonias.
Sus principales territorios en la capital están en colonias del oriente, sur y occidente, como la San Miguel, La Sosa, La Travesía, La Era, 30 de Noviembre, parte de El Sitio y la Izaguirre, según la información que manejan los cuerpos de inteligencia.
En esta zona la Mara 18 solo tiene presencia en colonias como Estados Unidos y parte de El Sitio, según la FNA.
En el oeste tiene el control de varios sectores de Campo Cielo, El Pastel, Los Profesores, Bella Vista, 3 de Mayo, Zapote Norte y Centro, Lomas del Norte, José Ángel Ulloa, Cantarero López y parte de la Nueva Capital, así como de El Carrizal. Además, opera en la 21 de Febrero, la Fátima, San Francisco, Nueva Era, El Progreso, La Fuente y otras aledañas. En el sur, la MS-13 controla los territorios de Altos de Santa Rosa, Cruz Roja, El Tizatillo y Reynel Fúnez, entre otras.
Competencia de bandas. Un oficial de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA), que por la naturaleza de su trabajo prefirió el anonimato, reveló que la aparición de otros grupos criminales ha creado una competencia fuerte en las actividades delictivas.
Señaló que en los mercados de Comayagüela existe competencia entre Los Chirizos y la MS-13. Esto, dijo el experto, es el origen de constantes hallazgos de cuerpos desmembrados, porque cuando uno de los grupos logra agarrar a un rival, lo asesina con crueldad como para intimidar y correr a los otros.
Detalló que la Mara 18 y la MS-13 tienen mayor predominio, antigüedad y organización.
Lo que sucede, prosiguió, es que han surgido grupos de manera independiente que se van asociando y también les van haciendo competencia a la MS y a la 18.
Explicó que muchos de los que pertenecen a la banda Los Chirizos laboraban “para una persona que traficaba con drogas conocida con el alias de “El Gato Negro”. Eran secuaces que trabajaban para él, pero tras su muerte, empezaron a disputarse el poder.