El presidente sirio, Bashar al-Assad, promulgó este jueves una ley que pone fin a 48 años de estado de emergencia, en un intento por calmar manifestaciones en contra de su gobierno y por más libertades.
Amán. El presidente sirio, Bashar al-Assad, promulgó este jueves una ley que pone fin a 48 años de estado de emergencia, en un intento por calmar manifestaciones en contra de su gobierno y por más libertades.
Su anuncio, luego de que su gobierno aprobó la ley esta semana, se produjo antes de que los activistas pronosticaran un "Gran Viernes", en el que más personas saldrán a la calles de ciudades sirias para manifestarse luego de las oraciones.
Miles de sirios, inspirados en los levantamientos contra otros gobiernos del mundo árabe, han realizado protestas en todo el país exigiendo reformas en el mayor desafío que ha enfrentado Assad en sus 11 años de Gobierno.
"Estamos decididos a (conducir) protestas totalmente pacíficas (...) nos regocijamos con la caída del estado de emergencia. No fue levantado, fue derrocado (...) Con la ayuda de Dios, nos embarcaremos en la libertad", dijeron activistas en un comentario publicado en una página de Facebook.
La abolición del estado de emergencia, vigente desde que el Partido Baath de Assad tomó el poder en 1963 para justificar arrestos y detenciones arbitrarios y la prohibición de la oposición, es simbólica debido a que otras leyes dan amplios poderes a las arraigadas fuerzas de seguridad.
El destacado líder opositor Haitham al-Maleh restó importancia a la eliminación de la ley de emergencia, una medida que consideró "inútil" a menos que exista una justicia independiente y que el aparato de seguridad deba responder por sus acciones.
"El Estado tiene múltiples herramientas de represión a su disposición que tienen que ser desmanteladas para que la represión termine", dijo Maleh a Reuters.
El activista de los derechos humanos Ammar Qurabi dio la bienvenida a la medida, pero indicó a Reuters que deben seguirle otras, como la liberación de los presos detenidos en los disturbios y un nuevo juicio en cortes civiles para todos aquellos que fueron condenados por la corte de seguridad del Estado.
La televisión estatal informó que Assad también apoyoó legislación que regula las protestas y disuelve una corte de seguridad estatal que según los abogados violaba el imperio de la ley y el derecho a un juicio justo.
Otras demandas incluyen la liberación de miles de presos políticos, muchos de los cuales están detenidos sin juicio, y la eliminación de la cláusula 8 de la Constitución, que consagra al Partido Baath como el líder de la sociedad y del Estado.
La medida conciliadora de Assad sigue un patrón similar desde que comenzaron las protestas hace un mes: promesas de reforma un día antes del viernes, cuando las manifestaciones son más fuertes, y luego una feroz represión.
Nuevo foco: Homs. Los residentes de Derá, en el sur, el primer lugar donde irrumpieron las protestas en marzo, dijeron que unidades del Ejército tomaron posiciones cerca de la ciudad, luego de haberlas abandonado en los últimos dos días.
Un activista de derechos humanos reportó que camiones con soldados y vehículos equipados con ametralladores fueron vistos en la autopista de Damasco a Homs, una ciudad central que ha emergido como el nuevo foco de las protestas en el país predominantemente musulmán suní.
De acuerdo a un testigo, fuerzas de seguridad con rifles de ataque fueron desplegadas en Homs, donde los residentes organizaron patrullas vecinales después de que 21 manifestantes fueron asesinados el lunes y martes por policías de seguridad y hombres armados alauitas conocidos como 'al-shabbiha'.
Grupos de derechos humanos dicen que más de 200 personas han muerto durante las manifestaciones.