Al intervenir en una ceremonia, a la que asistieron los miembros del gabinete y autoridades del Congreso y el Poder Judicial, ni el nuevo ministro, ni Dilma Rousseff, ni el destituido Wagner Rossi, hicieron alusión alguna a las acusaciones que forzaron el cambio en el ministerio.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, valoró el potencial del campo brasileño en un breve acto en el que asumió su cargo el nuevo ministro de Agricultura, Jorge Mendes Ribeiro, quien sustituye a Wagner Rossi, que dimitió acosado por denuncias de corrupción.
Al intervenir en la ceremonia, a la que asistieron los miembros del gabinete y autoridades del Congreso y el Poder Judicial, ni el nuevo ministro, ni la jefa de Estado ni el propio Rossi hicieron alusión alguna a las acusaciones que forzaron el cambio en el ministerio.
Rousseff agradeció el trabajo de Rossi, que consideró un ejemplo para el nuevo ministro, y aseguró que sirvió para ayudar a convertir a Brasil en una potencia agrícola y en el tercer mayor exportador de productos agropecuarios del mundo, por detrás de Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Aseguró que, además de mantener esa altísima participación en el mercado internacional, la agricultura brasileña es capaz también de “producir comida buena y barata” para 190 millones de brasileños.
Rousseff apuntó que una de las tareas del gobierno en el futuro cercano, ante la crisis financiera internacional, es dar una mayor fortaleza a la agricultura para “hacer frente al carácter volátil y muchas veces especulativo de los precios de las materias primas”.
Rossi, quien dimitió el pasado jueves en medio de denuncias que le involucraban en diversas irregularidades, se limitó a agradecer a la presidenta por la “oportunidad” de haber seguido en el cargo que ocupaba ya en el anterior gobierno, presidido por Luiz Inácio Lula da Silva.
“No me faltó en ningún momento ni apoyo ni aprecio ni generosidad ni solidaridad”, declaró Rossi dirigiéndose a Rousseff.
Mendes Ribeiro, por su parte, también agradeció a la presidenta el hecho de poder dirigir “un sector de la importancia” que tiene para Brasil el agropecuario, prometió “continuidad” y también se volcó en elogios a la gestión de su antecesor.
Rossi era uno de los colaboradores que Rousseff “heredó” de Lula y estuvo en el cargo desde el 1 de abril de 2010, y fue el cuarto ministro que abandonó el gobierno desde enero pasado, cuando ella asumió el poder.
El primero en caer fue el influyente Antonio Palocci, quien se vio obligado a renunciar el pasado 7 de junio al Ministerio de la Presidencia por sospechas de enriquecimiento ilícito.
Un mes después, el 6 de julio, dimitió Alfredo Nascimento, hasta entonces titular de Transportes, por sospechas de corrupción en las licitaciones de su ministerio.
El pasado 4 de agosto también renunció el ministro de Defensa, Nelson Jobim, también del PMDB, quien días antes había confesado que en las elecciones de octubre pasado no votó por Rousseff y luego descalificó a dos ministras muy próximas a la jefa de Estado.
Las denuncias de corrupción han salpicado también al Ministerio de Turismo, cuyo número dos, Frederico Silva da Costa, llegó a ser detenido por la policía junto con otros acusados de irregularidades en el manejo de dinero público.