El agresor, que según una fuente de seguridad era un guardaespaldas asignado al círculo más estrecho del presidente, se inmoló durante una reunión de ministros y altos funcionarios de seguridad mientras se libraban batallas en Damasco que podían escucharse en el palacio presidencial.
Beirut/Amman. El ministro de Defensa de Siria y un cuñado del presidente Bashar al-Assad murieron este miércoles en un ataque suicida perpetrado por un guardaespaldas en Damasco, en el mayor golpe contra el alto mando del Gobierno desde el inicio de la revuelta hace 16 meses.
El agresor, que según una fuente de seguridad era un guardaespaldas asignado al círculo más estrecho del presidente, se inmoló durante una reunión de ministros y altos funcionarios de seguridad mientras se libraban batallas en Damasco que podían escucharse en el palacio presidencial.
El canal de televisión estatal dijo que el ministro de Defensa Daoud Rajha y el viceministro del sector y cuñado de Assad, Assef Shawkat, perdieron la vida en el "atentado terrorista". El gobierno prometió a eliminar a las "bandas criminales", según el reporte.
Una fuente de seguridad siria confirmó que Shawkat, de 62 años, murió y que el jefe de inteligencia del país, Hisham Bekhtyar, resultó herido. La televisión estatal dijo que el ministro del Interior Mohammad Ibrahim al-Shaar también resultó con lesiones tras la explosión.
Los hombres formaban la unidad militar que encabeza la respuesta de Assad al levantamiento. Las autoridades sirias inmediatamente nombraron al jefe de las Fuerzas Armadas, Fahad Jassim al-Freij, como nuevo ministro de Defensa, para evitar verse paralizados por el atentado.
Assad no ha aparecido en público desde el ataque ni ha hecho declaraciones, pero fuentes cercanas a la situación dijeron que no estaba en la reunión cuando el agresor se inmoló.
La explosión parecía ser parte de un asalto coordinado en el cuarto día de enfrentamientos en la capital que combatientes rebeldes llamaron "la liberación de Damasco".
Cinco explosiones fueron escuchadas el miércoles en Damasco cerca de una base de la cuarta división blindada de elite liderada por el hermano de Assad, Maher, dijeron residentes. La división ha sido clave para enfrentar a la disensión, puesto que ha aplacado protestas en Derá, Homs y en Idlib.
Rebeldes dijeron que llevaron refuerzos a la capital, a fin de terminar con las cuatro décadas de mandato de la familia Assad atacando por primera vez la base de poder de la elite gobernante.
Reacción internacional. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, dijo horas después del atentado del miércoles que la situación en Siria parecía estar "saliéndose de control", tras expresar su preocupación por la creciente violencia y renovar sus llamados para aumentar la presión sobre Assad.
"Esta es una situación que rápidamente se está saliendo de control", dijo Panetta, agregando que la comunidad internacional necesitaba "ejercer máxima presión para que Assad haga lo correcto, renuncie y permita una transición pacífica".
En tanto, el secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, William Hague, condenó el ataque y dijo que confirmaba "la urgente necesidad de una resolución dentro del Capítulo 7 del Consejo de Seguridad".
El Consejo de Seguridad de la ONU votará más tarde el miércoles una resolución, propuesta por Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y Alemania, que extendería una misión observadora de Naciones Unidas en Siria por 45 días.
El Capítulo 7 permite a los 15 miembros del consejo autorizar sanciones que van desde medidas diplomáticas y económicas a la intervención militar. Autoridades estadounidenses han dicho que prefieren sanciones contra Siria, no una intervención militar.
Sin embargo Rusia, que tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad, se mantuvo firme en su respaldo al gobierno de Assad y dijo que en Siria se estaba llevando a cabo una batalla "decisiva".
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, declaró además que la aprobación de sanciones contra Damasco en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sería equivalente a respaldar directamente a los rebeldes.
Enfrentamientos en Damasco. Las tropas de la Guardia Republicana siria acordonaron el hospital Shami, cerca del lugar de la explosión en Damasco, dijeron activistas.
Un comunicado del Ejército emitido más tarde indicó que Siria estaba "más decidida que nunca a confrontar todas las formas de terrorismo y a cortar cualquier intento de perjudicar a la seguridad nacional".
Un cuartel del Ejército cerca del "palacio del pueblo", un enorme complejo de estilo soviético que mira hacia el centro de la capital desde el distrito de Dummar, fue atacado por rebeldes a alrededor de las 0430 GMT, dijeron activistas y residentes.
"Podía oír disparos y explosiones que se hacían más y más fuertes provenientes de los cuarteles", dijo Yasmine, quien trabaja como arquitecta, por teléfono desde Dummar.
Dummar es un área fuertemente custodiada que aloja varias instalaciones auxiliares del palacio presidencial y el cuartel se encuentra a apenas unos cientos metros del complejo.
Dos grupos rebeldes se adjudicaron el atentado en la reunión de funcionarios de seguridad.
"Este es el volcán del que hemos hablado, apenas hemos empezado", dijo Qassim Saadedine, portavoz del rebelde Ejército de Siria Libre, un grupo compuesto por jóvenes suníes y desertores de las fuerzas armadas.
Liwa al-Islam, un grupo insurgente islamista cuyo nombre significa "La brigada del Islam", también dijo que había perpetrado el ataque luego de semanas de planificación y ofreció una versión diferente de los acontecimientos.
"Nuestros hombres lograron colocar explosivos en el edificio para la reunión. Estuvimos planificando esto por más de un mes", dijo por teléfono un portavoz del movimiento que pidió ser identificado como Abu Ammar. La televisión estatal sostuvo previamente que la explosión ocurrió por un ataque suicida.