El inédito movimiento de protesta de "los indignados", formado principalmente por jóvenes descontento con la clase política, el desempleo y las medidas de austeridad, comenzó el domingo en la Puerta del Sol de Madrid y se han extendido a la plaza de Cataluña en Barcelona y a otras ciudades.
Madrid. Decenas de miles de españoles protestaban el viernes, por sexto día, contra el desempleo, mientras el gobierno evaluaba cómo calmar la furia que desató una prohibición de la autoridad electoral de concentraciones el fin de semana por los comicios autonómicos y municipales.
El inédito movimiento de protesta de "los indignados", formado principalmente por jóvenes descontento con la clase política, el desempleo y las medidas de austeridad, comenzó el domingo en la Puerta del Sol de Madrid y se han extendido a la plaza de Cataluña en Barcelona y a otras ciudades.
La Junta Electoral Central decidió el jueves por la noche prohibir las concentraciones y reuniones desde el sábado, el día previo a las elecciones en las cuales alrededor de 34,6 millones de españoles votarán por 8.116 alcaldes y concejales y por las autoridades de 13 de las 17 comunidades autónomas, así como en Ceuta y Melilla.
En esos comicios se espera que el Partido Socialista Español (PSOE) reciba un fuerte castigo, a un año de las elecciones generales, por las medidas de austeridad que ha aplicado para contener el déficit.
El presidente gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero -que ha fallado en contener el alto desempleo que afecta a uno de cada cinco trabajadores siendo el más elevado dentro de la Unión Europea (UE)-, dejó abierta la posibilidad de no cumplir con la prohibición contra las concentraciones.
"La impaciencia está ahí, la entiendo, pero estamos en el camino de las reformas, vamos a mejorar", dijo Zapatero en una entrevista en la cadena SER.
En cuanto a la decisión del organismo electoral, respondió: "Esperaremos a estudiar los acontecimientos mañana, pero se actuará bien, de manera inteligente, se garantizarán todos los derechos y se garantizará una jornada de reflexión".
La prohibición entra en vigor a partir de la medianoche, cuando comienza la jornada de reflexión, después de que el Tribunal Supremo rechazó a última hora del viernes un recurso presentado por Izquierda Unida que pedía su nulidad, por considerar que la agrupación política no tenía legitimidad y no estaba afectada con la medida.
Las fuerzas de seguridad serían las encargadas de disolver las concentraciones, que el organismo electoral ha determinado que van contra el derecho a un proceso electoral "limpio y en igualdad".
"Las fuerzas de seguridad actúan con oportunidad, congruencia y proporcionalidad. La policía, donde no hay un problema, no crea otro", dijo el vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras el Consejo de Ministros.
"La policía sabe perfectamente lo que tiene que hacer para garantizar los derechos y libertades de todos los ciudadanos", añadió el ministro.
La Junta Electoral manifestó en su resolución que el derecho de reunión tiene limitaciones en "un proceso electoral limpio, transparente, objetivo y en condiciones de igualdad para todos".
Mientras, en una soleada Puerta del Sol, centenares de manifestantes se mezclaban con turistas y curiosos que fotografiaban los mensajes que cuelgan de las cabinas telefónicas, los kioscos e incluso de la cúpula acristalada de la nueva boca del metro situada en el centro de la plaza.
Una fotografía del líder nazi Heinrich Himmler con unas orejas de Mickey Mouse colgaba sobre un cartel publicitario con un lema: "No nos representan".
"El sábado vamos a hacer una jornada de reflexión. No vamos a congregar ni manifestar, pero seguimos acampados aquí", dijo Hernán, que no quiso dar su apellido y se identificó como uno de los portavoces.
Junto a la emblemática estatua del oso y el madroño, al que han anudado la bandera arcoiris al cuello, se celebraba una asamblea en la que decidirían formalmente la continuación de la protesta.
"Esto es un congreso democrático de gente que necesita ver cambios", agregó Hernán.
Este movimiento, que comenzó con una manifestación convocada en las redes sociales, es inédito en España y está protagonizado sobre todo por los jóvenes, que padecen un desempleo superior al 40 por ciento.
Sus reivindicaciones son tan heterogéneas como sus componentes y van desde protestar por el dominio de los dos grandes partidos, el conservador Partido Popular (PP) y el PSOE, hasta pedir la reforma de la ley electoral.
Además se escuchan propuestas como la prohibición de rescates económicos a los bancos o la aplicación de una tasa a las transacciones internacionales.
"No pueden permitir que nos desalojen. Los políticos no lo dejarán pasar, por las elecciones, no van a quedar mal", afirmó Virginia Braojos, una técnico logística de 32 años, en la céntrica plaza de Madrid.
El PP, que se espera gane las elecciones municipales del domingo y arrebate al PSOE algunos de sus feudos autonómicos más importantes, pidió que se cumpla la resolución de la Junta Electoral Central. El PP es también el favorito en los sondeos de cara a las elecciones del próximo año.
"Espero que la gente cumpla la ley y no se produzca ninguna manifestación contraria a la ley vigente", dijo su líder, Mariano Rajoy, en Onda Cero.
El aspirante del partido de centroderecha a la presidencia para el 2012 -que aún no tiene rival puesto que el PSOE no ha elegido al sustituto de Zapatero- afirmó que comparte algunas de las reivindicaciones de los manifestantes, pero otras no, y no quiso pronunciarse sobre si deben ser o no desalojados.