El presidente Barack Obama anunció que los dos países, viejos enemigos de la polarización mundial entre capitalismo y comunismo, acordaron establecer embajadas en sus capitales.
Los presidentes de América Latina festejaron el miércoles el anuncio anhelado por muchos sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba tras décadas de hostilidades iniciadas durante la Guerra Fría.
El presidente Barack Obama anunció que los dos países, viejos enemigos de la polarización mundial entre capitalismo y comunismo, acordaron establecer embajadas en sus capitales y que Estados Unidos relajó las restricciones a sus ciudadanos para viajar y enviar remesas a Cuba.
"(Estoy) muy feliz. Hay que reconocer el gesto del presidente Barack Obama, un gesto de valentía y necesario en la historia. Ha dado un paso, quizás el más importante de su presidencia", dijo el miércoles el presidente izquierdista venezolano, Nicolás Maduro, en un discurso en una Cumbre del bloque Mercosur en Argentina.
Venezuela y Estados Unidos han tenido una difícil relación desde los inicios del Gobierno del fallecido mandatario Hugo Chávez. El país sudamericano, que en años recientes ha liderado la alineación de varios gobiernos de izquierda en la región, ha denunciado en varias ocasiones conspiraciones de Washington en su contra.
"Creo que es un momento que marca un cambio en la civilización, mostrando que es posible restablecer relaciones interrumpidas hace muchos años", señaló la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, durante el encuentro del Mercosur en la ciudad de Paraná.
En la misma cumbre, la mandataria argentina, Cristina Fernández, cuyo país tampoco ha tenido relaciones fáciles con Washington, dijo que se trataba de una decisión "inteligente".
"Realmente estamos muy felices como argentinos, como americanos del sur, como miembros y ciudadanos del mundo y fundamentalmente como militantes políticos por todo esto que ha acontecido y que sinceramente pensábamos que nunca se iba a ver", dijo Fernández en su discurso.
MÉXICO OFRECE AYUDA
México, un aliado de Estados Unidos que pese a ello mantuvo por décadas fuertes lazos con el ex líder del Gobierno cubano Fidel Castro, ofreció su ayuda en el proceso de normalización de las relaciones.
"Este es un paso decisivo e histórico que el Gobierno de México respalda y reconoce, al tiempo que muestra toda la disposición que permita contribuir a una eficaz normalización de la relación entre Cuba y Estados", dijo el presidente Enrique Peña Nieto en un discurso.
En Lima, el mandatario peruano, Ollanta Humala, también destacó el coraje de Obama por la decisión que permitirá que América Latina ingrese a un nuevo proceso de integración.
"Quiero señalar que esto es un paso clave, histórico, valiente, que va permitir avanzar de manera muy importante en lo que es el proceso de integración de toda América", dijo Humala en una declaración transmitida por televisión.
El presidente de Nicaragua, el sandinista Daniel Ortega, un fuerte aliado de Cuba y Venezuela, saludó con alegría el acuerdo para retomar "la ruta racional e inteligente de las relaciones diplomáticas que nunca debían de haberse suspendido entre Estados Unidos y Cuba", en un mensaje leído por su esposa y portavoz de la presidencia, Rosario Murillo.
Desde Chile el canciller, Heraldo Muñoz, dijo: "esperamos que no sólo haya gestos concretos (...) sino que además en definitiva se levante el bloqueo a Cuba y tengamos una normalización que creo que le hará bien a toda la región".
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, señaló que Obama hizo todo lo que está a su alcance para retomar las relaciones, pero que el embargo económico de décadas contra la isla está en una ley que el Congreso estadounidense tendría que derogar.
"Espero que lo haga", dijo al canal estatal chileno TVN.
Cuba estuvo suspendido de la OEA desde 1962 hasta el 2009 por no cumplir con la cláusula democrática del organismo, pero pese al levantamiento de la suspensión no había querido participar otra vez en esta instancia hemisférica porque consideraba que obedecía a la influencia estadounidense.
La canciller de Panamá, Isabel de Saint Malo, dijo que el acuerdo entre ambos países "es trascendental para la Américas" y se alegró de que en la próxima cumbre de las Américas, a celebrarse en su país, "se sentarán todos los mandatarios (...) desde Canadá hasta Chile".