El 82% califica de muy buena la respuesta de las Fuerzas Armadas ante la emergencia por el sismo del pasado jueves 7 mientras el 57% cree que el movimiento fue más fuerte que el terremoto de 1985.
El sismo del pasado jueves 7 de septiembre se percibió particularmente fuerte, pero menos destructivo de lo esperado, debido a su naturaleza oscilatoria y a su lejanía de zonas más pobladas. No obstante, las afectaciones en las localidades más perjudicadas se explican por mayor cercanía al epicentro y la mala calidad de las construcciones. Se tiende a percibir positivamente la atención gubernamental y, en particular, de las Fuerzas Armadas ante la emergencia, según la última encuesta telefónica nacional BGC-Excélsior.
Tras el sismo de la semana pasada que afectó sobre todo al sureste del país, se reconoce especialmente la labor del Ejército y la Marina para enfrentar la emergencia (muy buena/buena, 82%). En menor medida, también se tiende a calificar positivamente la acción del gobierno federal (47%) y los gobiernos estatales de Oaxaca (42%) y Chiapas (41%) (gráfica 1). 53% percibe como buena o muy buena la atención que se le está dando a los damnificados.
La mitad de la población sintió el temblor y una cuarta parte lo percibió muy intenso. Se cree que fue más fuerte que el terremoto de 1985 (57%), aunque se estima que ha causado menos afectaciones de lo esperado (58%), debido principalmente a su carácter oscilatorio y, en menor medida, a la lejanía del epicentro respecto de zonas más pobladas y con construcciones (como la Ciudad de México), a la mayor preparación de la sociedad y a que ahora hay mejores edificaciones.
La gente explica el grado de destrucción causada por el sismo en los lugares más afectados básicamente en dos sentidos, la naturaleza del temblor y la manera como se construyeron las viviendas y edificios siniestrados.
En efecto, para un sector de la opinión pública, la cercanía del epicentro a las localidades más dañadas (23%) y la fuerza del sismo fueron los factores más importantes. Para otro sector, la mala calidad de las construcciones en esas zonas es la razón principal (32%). Ligada muchas veces con esto último, también se menciona la pobreza como causal (10%) (gráfica 5). Se sabe que en Oaxaca y Chiapas provocó daños muy graves (86% y 70%, respectivamente), pero poco o nada graves en la Ciudad de México (71%).
Respuesta solidaria. Se percibe amplia solidaridad de los mexicanos en general para ayudar a la población afectada por el sismo de la semana pasada (muchísima/bastante, 67%), aunque las opiniones se dividen en tercios sobre si ha sido mayor, igual o menor que ante otros desastres naturales en tiempos recientes. Quienes dicen que ha sido menor lo atribuyen principalmente a que se piensa que los víveres no llegan a los damnificados, a que la gente no tiene recursos para donar o a que no se ve que las personas donen.
Una vez pasado el sismo de la semana pasada, la percepción que queda es que el país todavía no está apto para sortear adecuadamente los principales desastres naturales que lo afectan. Se cree que está mal o muy mal preparado para enfrentar terremotos y huracanes (62%).